El gobierno de Estados Unidos evalúa imponer aranceles de hasta un 25% a las importaciones de cobre, en una decisión que podría materializarse en cuestión de semanas. La medida, impulsada directamente por el expresidente Donald Trump, ha generado una fuerte reacción en los mercados internacionales, distorsionando precios y reconfigurando flujos comerciales a nivel global.
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Tensiones en el mercado: brecha histórica entre Nueva York y Londres
Desde que Trump ordenó una investigación sobre el cobre en febrero, los efectos ya se sienten en las principales bolsas del mundo. En la Comex de Nueva York, el cobre alcanzó un precio histórico de US$5,3740 por libra, con un alza de 3,1%, mientras que en la Bolsa de Metales de Londres, el metal rojo cayó 1,1%, ampliando la brecha de precios a más de US$1.700 por tonelada.
Expertos, como Xu Wanqiu de Cofco Futures, advierten que el mercado estadounidense está anticipando la aplicación inminente de los aranceles. En caso de que finalmente no se concrete el 25%, podría haber una corrección brusca de precios, alimentando la volatilidad global.
Cambios en la oferta: escasez en Asia y desajustes logísticos
La diferencia de precios ha incentivado a operadores y distribuidores a redireccionar envíos de cobre hacia Estados Unidos, generando una reducción en la oferta de otros mercados, especialmente en China, el mayor consumidor mundial del metal.
Según Li Yaoyao de Xinfu Futures, «la caída del cobre en Londres sugiere que los operadores ya no esperan enviar más metal antes de que entren en vigor los aranceles», lo que podría aliviar momentáneamente la presión en Asia, pero aumentar la incertidumbre sobre la estabilidad de suministro a futuro.
Riesgo para Chile: impacto en exportaciones y proyecciones fiscales
Chile, principal productor mundial de cobre con más del 25% de la oferta global, podría ver afectadas sus exportaciones si los aranceles se implementan. Aunque el país ha diversificado sus mercados hacia Asia y Europa, el acceso a Estados Unidos sigue siendo estratégico, especialmente para operaciones con procesos de transformación en Norteamérica.
Una eventual disminución de demanda o encarecimiento arancelario podría repercutir en las proyecciones fiscales y afectar los ingresos del Estado derivados del sector minero, uno de los pilares de la economía chilena.
Estrategia acelerada y contexto político
El proceso ha avanzado con una rapidez poco común. A diferencia de los aranceles aplicados anteriormente al acero y al aluminio, que tardaron cerca de 10 meses en implementarse, la decisión sobre el cobre podría definirse en cuestión de semanas. Esto se enmarca en una estrategia comercial más agresiva del expresidente Trump, quien busca consolidar su perfil político de cara a las elecciones presidenciales.
De concretarse, los aranceles al cobre se sumarían a la ya activa guerra comercial que ha impactado diversas cadenas globales de suministro en sectores como la tecnología, energía e infraestructura, reforzando un escenario de tensiones geopolíticas y alta volatilidad financiera.
