El ministro de Hacienda, Mario Marcel, se refirió este miércoles a la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de suspender por 90 días la aplicación de la mayoría de los aranceles recientemente anunciados, incluyendo el 10% aplicado a Chile, medida que fue interpretada como una señal de apertura al diálogo y reflexión frente a las consecuencias económicas globales.
Aunque la medida excluye a China, país al que EE.UU. aumentó sus aranceles hasta un 125%, Marcel calificó el anuncio como “una buena noticia”, aunque provisional.
Marcel: “Se ha tomado conciencia del impacto”
En declaraciones desde el Congreso, el ministro sostuvo que la decisión de Trump refleja una toma de conciencia dentro de su administración sobre los riesgos asociados a un aumento generalizado de aranceles.
“Lo que refleja es que, al menos dentro de la administración de EE.UU., se ha tomado algo de conciencia respecto del impacto que este aumento generalizado de aranceles tendría no solo sobre la economía del mundo, sino que particularmente sobre la de Estados Unidos”, afirmó.
Además, mencionó que en los últimos días se han escuchado “muchas voces dentro de EE.UU. que han señalado los riesgos y costos potenciales” de las medidas adoptadas, lo que habría influido directamente en la decisión de suspender los gravámenes.
Reciprocidad y nuevas dudas
A pesar del alivio que genera la suspensión temporal, Marcel advirtió que aún no está claro si la lógica de reciprocidad también se aplicará con países que ya respondieron con medidas arancelarias contra EE.UU. “Es un aspecto que aún no está definido”, puntualizó.
La suspensión fue anunciada por Trump a través de su red social Truth Social, donde explicó que, tras recibir solicitudes de más de 70 países para negociar rebajas tarifarias, decidió pausar los aranceles por 90 días y reducir los recíprocos al 10% de forma inmediata.
En contraste, justificó el aumento arancelario hacia China alegando una “falta de respeto” por parte de ese país, luego de que respondiera con aranceles superiores al 80%, lo que llevó a EE.UU. a gravar las exportaciones chinas con un total del 125%.
