Un derrumbe en una mina de Tierra Amarilla cobró la vida de dos trabajadores chilenos, desencadenando una investigación por cuasidelito de homicidio.
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La noche del miércoles quedó marcada por el trágico accidente ocurrido en una faena minera del sector de Ojanco, en la comuna de Tierra Amarilla, región de Atacama, donde un derrumbe a gran profundidad provocó la muerte de dos operarios. Las labores de rescate y las diligencias para aclarar el hecho mantienen en vilo a la comunidad minera y local.
Rescate a contrarreloj: hallazgo a 500 metros bajo tierra
La emergencia se desató cuando, en pleno turno, parte de una de las paredes del pique minero colapsó, atrapando y aplastando a los trabajadores que operaban a unos 500 metros de profundidad. Otro funcionario de la misma faena fue quien los encontró, desatando una inmediata respuesta de los equipos de rescate y de la policía.
Personal de la Brigada de Homicidios de la PDI Copiapó, en conjunto con el Laboratorio de Criminalística Regional y la Fiscalía Local, lideraron el trabajo en el sitio del suceso, confirmando que las víctimas eran dos hombres chilenos, mayores de edad, quienes no lograron sobrevivir al desprendimiento de material rocoso.
Causas preliminares y líneas de investigación abiertas
Las pericias iniciales descartaron la participación de terceros en la tragedia. Según el subprefecto Francisco Muñoz, jefe de la BH Copiapó, la causa probable de muerte sería un traumatismo esquelético visceral, producto del peso y la violencia del derrumbe.
Sin embargo, la Fiscalía inició una investigación por posible cuasidelito de homicidio, con el objetivo de esclarecer si hubo negligencia en las condiciones laborales o incumplimiento de protocolos de seguridad. “Solicitamos la concurrencia de la BH de la PDI y del Servicio Médico Legal para reunir antecedentes que permitan determinar eventuales responsabilidades”, explicó el fiscal adjunto de Copiapó, Luis Miranda.
Fiscalización y seguridad minera bajo la lupa
La tragedia movilizó también al Sernageomin y al GOPE de Carabineros, quienes participaron tanto en las tareas de rescate como en la fiscalización de la faena. Las condiciones de seguridad y los protocolos operativos quedaron en el centro de la indagatoria.
