La administración del presidente Donald Trump ha dado un nuevo paso estratégico para fortalecer la producción nacional de minerales críticos, con la introducción de cambios en las políticas de exploración y desarrollo en alta mar. Esta medida apunta a competir con el dominio de China en este sector clave para la economía estadounidense.
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Cambios clave en los permisos y trámites de exploración
El Departamento del Interior de Estados Unidos anunció que las agencias responsables —la Oficina de Gestión de Energía Oceánica (BOEM) y la Oficina de Seguridad y Cumplimiento Ambiental— implementarán una serie de actualizaciones normativas en todas las etapas del desarrollo marino. El objetivo es claro: reducir demoras, mejorar la coordinación interinstitucional y brindar mayor certeza a las empresas interesadas.
Una de las principales modificaciones es que los permisos para la exploración en etapas tempranas se ampliarán de tres a cinco años. Además, se aplicarán revisiones ambientales simplificadas ya existentes cuando sea posible, para evitar duplicidades y acelerar los procesos.
Medidas para facilitar el desarrollo sin trabas burocráticas
El gobierno estadounidense también planea minimizar la documentación y los pasos de cumplimiento innecesarios para aprobar rápidamente actividades como el mapeo, pruebas y desarrollo de sitios. Esto se traduce en un procedimiento más ágil para los operadores del sector.
Otra novedad es que la BOEM podrá identificar áreas potenciales para el desarrollo de minerales sin necesidad de emitir previamente una solicitud formal de información o conformar un grupo de trabajo conjunto con agencias estatales y federales. Esto permitirá avanzar en los procesos de arrendamiento sin las demoras tradicionales.
Apoyo científico y evaluación de impactos
Para respaldar esta estrategia, el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) colaborará proporcionando datos científicos sobre recursos minerales críticos, así como evaluaciones de impactos ambientales y riesgos relacionados con la explotación del fondo marino.
Estas acciones se enmarcan dentro de una orden ejecutiva firmada por Trump en abril, orientada a impulsar la industria minera en aguas profundas y garantizar el suministro nacional de minerales esenciales como el níquel y el cobre.
