China ha anunciado el hallazgo de más de 35 millones de toneladas métricas de cuarzo de alta pureza (HPQ), el más importante de su historia, en las regiones de Qinling (Henan) y Altay (Xinjiang). El descubrimiento podría marcar un punto de inflexión en la disputa comercial con Estados Unidos.
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El conflicto arancelario entre ambos países continúa escalando. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, reconoció que “el statu quo no es sostenible”, y pidió una desescalada. Según una transcripción obtenida por Associated Press, en un discurso privado ante JPMorgan Chase, Bessent afirmó que aún no han comenzado negociaciones formales con China.
La administración Trump impuso aranceles del 145% a productos chinos, medida que fue respondida con tributos del 125% por parte de Pekín. No obstante, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que las comunicaciones con China “están yendo bien”.
El cuarzo de alta pureza es esencial para la producción de silicio, un componente clave en chips, fibra óptica y paneles solares. Hasta ahora, China dependía de países como Estados Unidos, Noruega y Australia, siendo especialmente crítica su dependencia de la mina Spruce Pine, en Carolina del Norte.
Con este nuevo yacimiento, China podría reducir su vulnerabilidad ante interrupciones en la cadena de suministro, especialmente en un momento de alta tensión con Occidente. El HPQ es indispensable para sectores en los que China lidera el mercado global, como la fabricación de paneles solares y la tecnología 5G.
En respuesta al hallazgo, el país ha incluido el HPQ en su lista de minerales estratégicos y anunció la creación de un centro nacional de ingeniería e innovación especializado en este material. Además, ha lanzado un programa de análisis a nivel nacional para identificar nuevas reservas y asegurar la independencia de su industria tecnológica.
China invertirá 400 millones de dólares para explotar este recurso, con el objetivo de romper su dependencia de Estados Unidos y fortalecer su autosuficiencia estratégica. El hallazgo redefine el equilibrio en la guerra comercial y podría otorgar a Pekín una ventaja decisiva.
