Más de 36 toneladas de lingotes de oro han sido registradas para entrega en contratos de futuros en almacenes vinculados a la Bolsa de Futuros de Shanghai, marcando un máximo histórico. Esto es otro signo de la demanda resistente por inversiones en oro en China.
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El aumento en el acopio de existencias refleja un incremento en la actividad de arbitraje impulsada por una fuerte demanda de futuros, que se negocian con una prima considerable respecto al metal físico.
Traders y bancos han aprovechado la brecha de precios, comprando oro más barato en el mercado al contado y entregándolo al almacén de la bolsa para ser utilizado como compensación en ventas de futuros, permitiéndoles cerrar posiciones con ganancia.
«Esto muestra cuán fuerte es la demanda de trading de oro en China en este momento», señaló John Reade, estratega de mercado principal en el World Gold Council. «Muchas personas se estaban amontonando en futuros lo que llevó los precios por encima del oro físico. Esto creó una oportunidad para que otros intervengan y entreguen oro en el sistema.»
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El metal precioso continúa beneficiándose en gran medida de la incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas. Sin embargo, ha surgido una desconexión entre los mercados de futuros y al contado a medida que tasas de interés más bajas en China impulsan la actividad especulativa entre traders, justo cuando los precios cercanos a máximos históricos disminuyen la demanda física de consumidores minoristas.
A pesar de que las compras de joyas de oro en China continental cayeron un 45% en comparación con el trimestre anterior, la demanda de barras de inversión y monedas se mantuvo firme, según el informe del segundo trimestre del WGC. Los fondos cotizados respaldados por oro también han experimentado salidas, impulsadas en gran parte por una rotación hacia acciones por parte del público minorista.
Las condiciones volátiles también han causado desequilibrios inusuales en otros mercados de oro. A principios de año, el metal invadió los almacenes de Comex en Nueva York ante la expectativa de aranceles estadounidenses, solo para que el comercio se detenga abruptamente cuando la administración Trump eximió a los metales preciosos.
