Tormenta perfecta en el mercado del antimonio.
En un contexto global cada vez más tensionado por la competencia tecnológica y militar, el antimonio —un metal históricamente relegado a un segundo plano— vuelve a ocupar la atención del sector minero y de los gobiernos occidentales. La consolidación de China como actor dominante en la refinación y comercialización, sumada a un repunte estructural en su demanda industrial, ha configurado lo que especialistas ya describen como una “tormenta perfecta en el mercado del antimonio”. En este escenario, el proyecto Hillgrove en Australia emerge como uno de los pocos desarrollos con capacidad real de aliviar el déficit de oferta en los próximos años.
Un proyecto estratégico en ascenso
Larvotto Resources, propietaria del proyecto Hillgrove en Nueva Gales del Sur, anunció avances significativos en su hoja de ruta hacia la producción comercial prevista para el segundo trimestre de 2026. Esta semana, la compañía confirmó la viabilidad del tungsteno como subproducto clave, tras reportar recuperaciones metalúrgicas del 90% y un aumento de 16 veces en la ley de alimentación. El hallazgo no solo añade valor al proyecto, sino que también diversifica la producción en un momento en que ambos minerales forman parte de la lista de materiales críticos para las economías avanzadas.
Hillgrove cuenta con una Estimación de Recursos Minerales (MRE) robusta, que respalda su Estudio de Factibilidad Definitivo (DFS) sobre 8,7 millones de toneladas con leyes de 4 g/t de oro, 1,1% de antimonio y 7,2 g/t de AuEq. Estos atributos llevaron a analistas de Blue Ocean Equities a describirlo como uno de los diez yacimientos de antimonio más relevantes del mundo, con potencial de producción material a corto plazo dentro de una jurisdicción segura.
Financiamiento asegurado y producción asegurada
Larvotto adquirió Hillgrove recién en 2023 y, desde entonces, ha avanzado en tiempo récord con sus estudios técnicos y financieros. Según detalló el director ejecutivo Ron Heeks, la empresa logró completar un financiamiento que incluye bonos por USD 100 millones y una colocación adicional de USD 60 millones, recursos que han permitido iniciar la construcción inmediata del proyecto.
Además, la compañía firmó un acuerdo de venta por siete años con la comercializadora Wogen Resources, asegurando la colocación del 100% del concentrado de antimonio bajo precios de referencia en Róterdam. “Estamos encaminados hacia la primera producción en el segundo trimestre del próximo año”, afirmó Heeks, subrayando que Hillgrove será responsable de 5.400 toneladas de antimonio anuales, equivalente al 7% de la producción mundial.
Dominio chino y vulnerabilidad occidental
El antimonio —presente en retardantes de llama, paneles solares, baterías de plomo-ácido y munición perforante— es considerado crítico por Estados Unidos debido a su rol en tecnologías de defensa y seguridad. Sin embargo, la refinación global de este metal depende casi totalmente de China y, en menor medida, de Rusia y Tayikistán. Occidente ha cerrado la mayoría de sus instalaciones de procesamiento, lo que genera una dependencia estructural.
Heeks advirtió que, aunque nuevos proyectos están comenzando a despegar, la capacidad de refinación seguirá siendo el cuello de botella: “Nadie en Estados Unidos o Norteamérica puede tratar concentrados de antimonio. La única planta existente está vendida por completo y tiene una capacidad limitada”.
Oferta debilitada y demanda en expansión
Una parte significativa del atractivo estratégico del antimonio surge del desbalance entre oferta y demanda. Según Heeks, la producción mundial ha caído en torno al 60% durante las últimas décadas, mientras que el consumo se ha incrementado en proporciones similares. Un factor determinante es el auge de la industria solar: entre un 30% y 40% del consumo global actual se destina a paneles fotovoltaicos.
A ello se suma el uso militar del metal, con niveles de entre 2,5% y 6,5% en munición de alto rendimiento. Las tensiones geopolíticas han elevado la preocupación en Estados Unidos, que observa cómo la capacidad de sus aliados para abastecerse fuera de China sigue siendo limitada.
Un activo clave para los próximos años
La posición de Hillgrove como uno de los escasos proyectos con capacidad para entrar en producción en el corto plazo lo convierte en una pieza relevante dentro de la estrategia minera occidental. Larvotto informó que ya cuenta con 15 kilómetros de desarrollo subterráneo y un año completo de mineral listo para procesamiento, lo que acelera aún más su transición operativa.
Al mismo tiempo, la empresa descartó una oferta indicativa de United States Antimony Corporation, que valoraba la compañía en unos 723 millones de dólares australianos, señal de que espera un valor superior en un mercado donde la escasez es cada vez más determinante.
Perspectivas
Mientras la demanda global de tecnologías con alto contenido de antimonio continúa creciendo, y China refuerza su posición como actor dominante, el surgimiento de proyectos occidentales como Hillgrove representa un cambio incipiente pero aún insuficiente para equilibrar el mercado. La dependencia estructural de la refinación asiática seguirá siendo un desafío crucial en los próximos años.
