Goldman Sachs ha moderado las expectativas sobre el repunte histórico del precio del cobre, mencionando que su aumento no será sostenible.
Optimismo en torno al cobre bajo escrutinio
El precio del cobre ha alcanzado un récord de $11,540 por tonelada en la Bolsa de Metales de Londres (LME), impulsado por preocupaciones sobre una posible escasez global. Sin embargo, el grupo Goldman Sachs ha expresado escepticismo acerca de la duración de este incremento sin precedentes. Según el análisis liderado por Aurelia Waltham, el reciente repunte de precios se basa más en la “expectativa de un mercado ajustado en el futuro” que en los fundamentos actuales. La firma señaló que no anticipa que el valor actual se mantenga por mucho tiempo.
Este panorama contrasta con las preocupaciones manifestadas por otros. Albert Mackenzie, analista en Benchmark Minerals, indicó que “cuando ves que un récord histórico se rompe, tiende a retroceder o desacelerarse”, aunque admitió que los precios han seguido subiendo de forma constante en los últimos meses. Por otro lado, la firma Mercuria Energy Group advirtió la semana pasada sobre “deslocaciones extremas” en el mercado global, señalando que los flujos hacia Estados Unidos podrían derivar en déficits de cobre para China y otros países.
Mercado del cobre sigue complicado
Mientras los participantes del mercado siguen divididos sobre el rumbo del cobre, Goldman Sachs sostiene que no habrá una escasez global de este metal antes de 2029. Aunque se reconoce que un déficit de 160,000 toneladas en 2026 acercará al mercado a un equilibrio, la firma espera que los precios fluctúen entre los $10,000 y $11,000 por tonelada el próximo año.
El cobre ha demostrado históricamente una tendencia hacia predicciones optimistas que no siempre se concretan. Actualmente, aunque sectores como la energía limpia continúan impulsando la demanda, el crecimiento global de esta ha disminuido, en parte debido a una posible caída de casi 8% en el consumo del mercado chino en el cuarto trimestre. Goldman calcula que este año la demanda podría quedarse medio millón de toneladas por debajo de la oferta a nivel mundial.