El metal rojo cerró la semana en US$5,36 la libra, con un mercado tensionado por disrupciones productivas y una fuerte concentración de inventarios en Estados Unidos.
La cotización internacional del cobre volvió a marcar un hito histórico durante la segunda semana de diciembre, reflejando un mercado donde la preocupación persistente por la oferta continúa siendo el principal sostén del precio. Según el Informe Semanal del Mercado Internacional del Cobre elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), correspondiente al período entre el 8 y el 12 de diciembre, el metal rojo cerró este viernes en US$5,36 la libra, lo que representa un alza de 1,5% respecto de la semana anterior.
Con este resultado, el promedio anual del cobre se ubica en US$4,47 la libra, cifra que supera en 7,5% la registrada en igual período de 2024, consolidando uno de los ciclos de precios más altos de las últimas décadas. Para el mercado, este desempeño confirma que el equilibrio entre oferta y demanda sigue siendo frágil, especialmente en un contexto de transición energética y alta dependencia del cobre para infraestructura eléctrica y tecnologías limpias.
Oferta tensionada y desvío de inventarios
Uno de los factores estructurales que explica el repunte es la persistencia de disrupciones operacionales en minas relevantes a nivel global, sumadas al continuo desvío de metal hacia Estados Unidos. Este fenómeno ha generado una acumulación sin precedentes de inventarios en los almacenes de la bolsa Comex, que ya superan las 439 mil toneladas cortas —equivalentes a cerca de 399 mil toneladas métricas—, lo que implica un aumento superior al 300% desde marzo.
Si bien el inventario visible global ha aumentado, Cochilco advierte que la fuerte concentración de cobre en Estados Unidos ha reforzado la percepción de escasez en otras regiones. Esta distribución asimétrica ha elevado las primas por entrega inmediata fuera del mercado estadounidense, reforzando la presión alcista sobre los precios internacionales.
El rol de la Reserva Federal
El escenario macrofinanciero también tuvo un papel determinante en la evolución semanal del cobre. En los días previos a la reunión de la Reserva Federal (FED), el fortalecimiento del dólar y el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro —con el bono a diez años alcanzando niveles cercanos a 4,19%, su máximo desde fines de septiembre— generaron presiones bajistas y llevaron a algunos inversionistas a asegurar utilidades.
Sin embargo, el recorte de tasas de 25 puntos base, ampliamente anticipado por el mercado, junto con el anuncio de compras de bonos del Tesoro de corto plazo, contribuyó a aliviar las condiciones financieras. Estas señales impulsaron una depreciación del dólar, devolviendo soporte a los metales y habilitando un nuevo impulso alcista del cobre hacia máximos históricos.
Demanda china: señales mixtas
Desde el frente de la demanda, China mostró señales contradictorias. Las importaciones de cobre refinado cayeron en noviembre un 2,5% mensual, hasta 427 mil toneladas, mientras que la prima Yangshan descendió a US$32 por tonelada, reflejando cautela de los compradores ante precios elevados. No obstante, el compromiso de las autoridades chinas de mantener una política fiscal proactiva en 2026 ayudó a sostener las expectativas de demanda a mediano plazo, amortiguando el impacto de la moderación reciente.
En este escenario, el mercado del cobre continúa navegando entre restricciones de oferta, flujos financieros y señales macroeconómicas, configurando un entorno donde la volatilidad y los precios elevados parecen haber llegado para quedarse.

