Las tierras raras han sido desde hace tiempo un recurso valioso y codiciado, esencial para una variedad de aplicaciones tecnológicas y de defensa. No es sorprendente, entonces, que las naciones busquen diversificar sus fuentes de estos minerales críticos, sobre todo cuando uno considera que más del 70% de la producción mundial de tierras raras del último año provino de China.
En una movida reciente y estratégica, funcionarios estadounidenses y mongoles sostuvieron discusiones centradas en cómo garantizar que Mongolia pueda acceder al mercado mundial de minerales críticos. Esta nación, enclavada entre China y Rusia, busca formas de fortalecer su independencia económica y asegurar que sus recursos minerales lleguen a quienes los valoran. Las declaraciones del Primer Ministro L. Oyun-Erdene subrayan esta intención, al mencionar un profundo interés en fortalecer la cooperación con Estados Unidos en la extracción de tierras raras.
El contexto de estas discusiones se hace aún más relevante cuando se destaca la reunión del Primer Ministro con la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, en Washington, seguida de un encuentro con el Secretario de Estado de USA, Antony Blinken. Durante estas reuniones, ambos países se comprometieron a ampliar su cooperación económica. Una clara muestra de esto es el acuerdo de aviación civil de «cielos abiertos», que permitiría a la aerolínea nacional MIAT Mongolian Airlines establecer vuelos directos hacia un aeropuerto estadounidense aún por determinar.
Uno de los principales temas abordados fue el seguimiento a un memorando de entendimiento firmado entre ambos países en junio, que resalta la cooperación en áreas de minería e industria pesada. Según fuentes del Departamento de Estado, estas discusiones buscan explorar formas específicas en las que Estados Unidos puede ayudar a Mongolia a identificar, extraer y producir tierras raras de manera efectiva.
El desafío, como mencionó un funcionario del Departamento de Estado, es la «situación geopolítica difícil» de Mongolia, debido a su falta de acceso directo al mar. Sin embargo, ambas naciones están comprometidas en buscar «soluciones creativas» para garantizar el flujo de estos recursos esenciales hacia el mercado global.
Dada la importancia de las tierras raras y el cobre en aplicaciones de alta tecnología, equipos de defensa, y en iniciativas para combatir el cambio climático como la electrificación del mercado automovilístico impulsada por el presidente Joe Biden, este nuevo enfoque de cooperación entre USA y Mongolia promete tener repercusiones significativas en el escenario mundial.
Todo indica que, ante los cambios geopolíticos y económicos actuales, la relación entre Mongolia y Estados Unidos se encuentra en un punto de inflexión. Con el respaldo y la investigación realizada por REDIMIN, seguimos de cerca estos acontecimientos que redefinirán el mercado global de tierras raras.
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