La reciente caída de los bonos de una de las más significativas empresas en India ha generado alboroto y curiosidad en el sector financiero y minero mundial. Algunos especialistas afirman que detrás de esta fluctuación hay una estrategia que busca reformar un conglomerado en auge y enfrentar sus deudas de manera más efectiva.
Una reacción inmediata ante el anuncio de cambios internos
Los bonos en dólares de Vedanta Resources no tuvieron un buen comportamiento en el mercado recientemente. Particularmente, un bono experimentó su mayor caída en más de tres semanas tras conocerse que Anil Agarwal, un prominente empresario indio, tiene planes de transformar su conglomerado.
Datos revelados por Bloomberg señalaron que de los cuatro bonos con calificación basura, tres cotizaban por debajo de lo usual, sugiriendo ciertas complicaciones. El que más llamó la atención fue el bono con vencimiento en agosto de 2024, que descendió considerablemente.
Una necesidad financiera inminente
Vedanta Ltd. tiene una enorme responsabilidad financiera en el horizonte. Con bonos en moneda estadounidense que suman aproximadamente 3.000 millones de dólares y que vencen en los próximos dos años, el imperativo de asegurar liquidez es palpable.
En una estrategia que podría interpretarse como una respuesta a esta presión, la junta directiva de la firma ha aprobado un plan para desmembrar el negocio en seis entidades que cotizarán en la bolsa. Este movimiento, de tener éxito, no sólo facilitaría la conversión de activos de bajo crecimiento en efectivo, sino que también abriría la puerta a los inversores para que exploren nuevas áreas de interés de la compañía, como es el caso de los semiconductores.
El futuro inmediato y las perspectivas
Todo parece indicar que la completa división de la empresa se llevará a cabo en el año financiero que culmina en marzo de 2025. Paralelamente, Vedanta Resources enfrenta otro desafío: un bono de mil millones de dólares que vence en enero de 2024. Según fuentes de Bloomberg, la firma tiene en mente saldar solo una parte en efectivo y postergar el pago del capital restante por tres años más.
Esta táctica se inserta en un esquema más amplio de reestructuración de deudas que, inevitablemente, influirá en otros bonos en dólares con fechas de vencimiento cercanas.
