Con una inversión de US$ 290 millones, el proyecto permitirá suministrar 900 litros por segundo de aguas tratadas a la gran minería del norte y reducir las descargas al mar.
Un nuevo paradigma hídrico para la minería chilena
Antofagasta avanza hacia un modelo de sostenibilidad hídrica de escala global con el inicio de obras de la planta de reúso Salar del Carmen, una iniciativa pionera en Latinoamérica que permitirá abastecer con aguas servidas tratadas a diversas operaciones mineras del norte del país.
El proyecto, impulsado por Econssa Chile y ejecutado por Sacyr Agua, contempla una inversión de US$ 290 millones y representa uno de los hitos más relevantes en la estrategia nacional de gestión de recursos hídricos. La infraestructura permitirá reemplazar el uso de aguas continentales por un sistema de reúso urbano-industrial, consolidando a Antofagasta como referente internacional en soluciones sostenibles para la minería.
Durante la ceremonia de inicio, autoridades locales y representantes de ambas entidades destacaron que el proyecto no solo garantiza una fuente estable de agua para la industria, sino que también libera presión sobre los acuíferos, reduce descargas al mar y genera beneficios ambientales y sociales de largo plazo.
Primera planta multicliente de reúso urbano-industrial en Chile
La planta Salar del Carmen se convertirá en la primera instalación de reúso urbano-industrial a gran escala en Chile. Su diseño contempla el tratamiento y purificación de 900 litros por segundo de aguas servidas pretratadas provenientes de la ciudad de Antofagasta, equivalentes a más de 28 millones de metros cúbicos anuales, volumen que será destinado principalmente a faenas mineras de la región.
El sistema eliminará progresivamente las descargas de aguas residuales al mar mediante emisarios submarinos, contribuyendo a mejorar la calidad ambiental de la bahía de Antofagasta.
De acuerdo con el cronograma de ejecución, la puesta en marcha está prevista para abril de 2028, marcando el inicio de un nuevo modelo de colaboración entre el sector público y privado en materia de sostenibilidad hídrica.
Infraestructura avanzada y tecnología de bajo impacto
El proyecto incluye una red de transporte de 70 kilómetros de tuberías, junto con estaciones de bombeo y estanques de acumulación para trasladar el recurso desde la actual planta de pretratamiento hasta el sector del Salar del Carmen.
En el tramo urbano —de 14 kilómetros— se aplicará tecnología de microtunelación bajo calles de uso público, minimizando el impacto sobre la comunidad y evitando interrupciones en la vida urbana.
La iniciativa cuenta con Resolución de Calificación Ambiental (RCA) N.º 310, emitida el 14 de diciembre de 2020, y fue diseñada bajo un modelo constructivo no invasivo, cumpliendo los más altos estándares de ingeniería ambiental.
El presidente de Econssa Chile, Guillermo Larraín, subrayó que el proyecto “es pionero por dos razones: es la primera vez que se reutilizan aguas servidas urbanas a gran escala, y la primera vez que compañías mineras confían su suministro a una fuente alternativa multicliente”. A su juicio, esta innovación “permitirá liberar presión sobre los acuíferos y generar valor ambiental, social y económico en Antofagasta”.
Por su parte, Lucas de Marcos, director general de Sacyr Agua en Chile, destacó que la obra “marcará una tendencia pionera en reúso de aguas servidas” y que “Econssa está a la vanguardia en optimización hídrica”. Agregó que el compromiso de Sacyr “es avanzar junto a ellos en sostenibilidad, tecnología y eficiencia al servicio de la región”.
Alianza público-privada y beneficios regionales
El gobernador regional de Antofagasta, Ricardo Díaz, calificó el proyecto como “una alianza público-privada ejemplar” que “permite que la minería deje de utilizar aguas continentales, reduciendo las descargas al mar y mejorando la calidad de vida de la población”.
Díaz enfatizó que la iniciativa “refleja la visión de la Estrategia Minera Regional, que busca compatibilizar crecimiento económico, sostenibilidad ambiental y bienestar ciudadano”.
Entre los principales beneficios del proyecto destacan:
- Recuperación de acuíferos sometidos a estrés hídrico.
- Disminución de vertimientos al mar y mejora de la calidad ambiental costera.
- Creación de empleos directos e indirectos durante la fase de construcción.
- Impulso a proveedores locales y encadenamientos productivos regionales.
La obra también se alinea con los compromisos de Chile en materia de adaptación al cambio climático, al promover la eficiencia en el uso del agua en zonas áridas y reducir la huella hídrica de la minería, sector clave para la economía nacional.
Una referencia internacional en sostenibilidad
La planta de reúso Salar del Carmen proyecta convertir a Antofagasta en un caso de estudio internacional en materia de gestión hídrica para la industria extractiva. Su modelo de abastecimiento compartido —basado en el reúso urbano-industrial— es visto como una solución replicable en otras regiones mineras de Chile y del mundo con escasez de agua dulce.
Con su implementación, el norte chileno da un paso decisivo hacia una minería más sostenible, resiliente y circular, donde la tecnología, la cooperación institucional y la innovación se combinan para enfrentar los desafíos del cambio climático y la seguridad hídrica.

