El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que prorroga 90 días la entrada en vigor de los aranceles a China, horas antes de que expirara la pausa vigente, mientras continúan las negociaciones entre ambas potencias, según CNBC.
Negociaciones y parámetros arancelarios
La prórroga se produjo tras la última ronda de conversaciones celebrada en Estocolmo a finales de julio, donde los equipos expresaron su disposición a extender los plazos, sin confirmación oficial.
Como parte de la guerra comercial, Washington impuso en abril aranceles del 145% a los productos chinos y Pekín respondió con un 125% a las importaciones estadounidenses.
En mayo, en Ginebra, ambas partes acordaron reducir los gravámenes —Estados Unidos al 30% y China al 10%— y establecer una tregua de 90 días que concluía este 12 de agosto.
Tras una primera reunión en Ginebra y una llamada entre Trump y Xi Jinping, los negociadores se citaron en Londres, donde China aprobó la exportación de tierras raras a EE.UU. y Washington canceló “medidas restrictivas” sobre Pekín, como controles a la exportación de chips.
Señales y posibles condicionantes
El mes pasado, los negociadores se reunieron por tercera vez en Estocolmo, desde donde manifestaron la voluntad de extender el plazo de las negociaciones, a la espera de confirmación.
Entretanto, Trump instó el domingo a China a cuadruplicar sus compras de soja a Estados Unidos, planteamiento que algunos analistas interpretaron como condición para prolongar la tregua.
En los últimos días surgió la posibilidad de una sanción a Pekín por importar petróleo de Rusia ante la negativa del Kremlin a detener la guerra en Ucrania, escenario que podría afectar el curso de las conversaciones.
China sostiene su derecho a mantener relaciones comerciales normales con sus socios y rechaza la presión de Trump, quien el viernes tiene prevista una reunión con Putin en Alaska, señalada como un hito con potencial incidencia en las disputas entre grandes potencias.