Ambos países africanos buscan aumentar su influencia en el mercado global de diamantes ante la reestructuración de Anglo American.
Gaborone, Botswana. — Las autoridades mineras de Botswana y Angola sostuvieron una reunión de alto nivel en Gaborone, capital de Botswana, mientras ambas naciones intensifican sus gestiones para adquirir el control de De Beers, la histórica productora de diamantes que el grupo Anglo American (LON: AAL) decidió vender como parte de su plan global de reestructuración.
Reunión clave entre potencias diamantíferas
El encuentro, encabezado por la ministra de Minas de Botswana, Bogolo Joy Kenewendo, y su par angoleño de Recursos Minerales, Diamantino Pedro Azevedo, se desarrolló a puertas cerradas durante unos 40 minutos. Posteriormente, ambos ministros confirmaron que abordaron temas de cooperación en los sectores de diamantes, energía y logística, sin ofrecer mayores detalles sobre un eventual acuerdo.
La cita alimentó la especulación del mercado acerca de un posible pacto entre las dos principales potencias diamantíferas del continente para dividir la propiedad de De Beers o conformar una alianza que les otorgue control compartido sobre la empresa.
“En la mente de todos este año está el desempeño de la industria del diamante y nuestros esfuerzos colaborativos para devolverle el brillo y el esplendor al sector”, señaló Kenewendo, citada por la agencia Reuters. “Como algunos de los mayores productores del mundo, tanto en cantidad como en valor, es lógico que nos unamos para discutir cómo aprovechar mejor este recurso natural”, añadió.
Intereses estratégicos y tensiones económicas
Botswana posee actualmente un 15% de participación en De Beers a través de su empresa conjunta Debswana, responsable de cerca del 70% del suministro global de diamantes en bruto de la compañía. Para el país, De Beers representa un activo estratégico nacional, especialmente en un contexto de caída sostenida en los precios internacionales de los diamantes, que ha impactado duramente su economía dependiente de la minería.
Por su parte, Angola ha asumido una postura más ambiciosa. Tras proponer inicialmente la creación de un consorcio panafricano de países productores para adquirir conjuntamente De Beers, el gobierno de Luanda decidió presentar una oferta individual en octubre pasado para quedarse con una participación mayoritaria. El cambio de estrategia podría derivar en una competencia directa entre los dos países vecinos.
Cambios en la jerarquía diamantífera africana
Según el Proceso de Kimberley, organismo internacional que certifica el comercio legítimo de diamantes, Angola superó a Botswana en 2024 como el principal productor africano por valor de exportación, hecho que no se registraba desde hace dos décadas. Este desplazamiento simbólico marca un nuevo equilibrio de poder dentro de la industria diamantífera del continente.
De acuerdo con fuentes del sector, Anglo American valora De Beers en alrededor de 5.000 millones de dólares, aunque analistas de UBS estiman que el precio final de venta podría oscilar entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, dadas las condiciones actuales del mercado.
Interés internacional en la joya del mercado
El proceso de venta ha despertado el interés de al menos seis potenciales compradores, entre ellos grupos de inversión liderados por los exejecutivos de De Beers Gareth Penny y Bruce Cleaver, las firmas indias KGK Group y Kapu Gems, fondos soberanos de Qatar, y el empresario Anil Agarwal, conocido por su participación en el sector minero global.
Un escenario decisivo para el futuro de los diamantes
El desenlace de esta operación podría redefinir el mapa mundial de la minería de diamantes. Para Botswana y Angola, asumir el control de De Beers significaría recuperar soberanía sobre la cadena de valor, potenciar la industrialización local y proyectarse como referentes globales de producción responsable.
A medida que la negociación avanza, el mercado observa con atención cómo los dos gigantes africanos buscan transformar una competencia histórica en una posible alianza estratégica, en un contexto de incertidumbre económica y transición estructural para la industria del lujo.

