En medio de un trascendental cambio en el mercado mundial del mineral de hierro, el estándar de 62% de Fe se desvanece en favor de uno nuevo de 61% de Fe. Este cambio, impulsado por la reducción gradual en la calidad del mineral y mayores niveles de impurezas, está transformando tanto el aspecto físico como financiero de la industria, planteando interrogantes sobre la valoración del mineral de hierro.
Argumentando la importancia del cambio, el estándar histórico de 62% de Fe ha sido el referente clave para fijar precios a nivel global, con el Pilbara Blend Fines (PBF) desempeñando un papel destacado. Sin embargo, a medida que las leyes de extracción disminuyen de manera constante, el punto de referencia del 62% ya no refleja lo que realmente se negocia. La transición al estándar de 61% de Fe, programada para 2026, refleja esta nueva realidad.
La Bolsa de Singapur (SGX) ha propuesto que los futuros del mineral de hierro, que superan en tres veces los volúmenes del mercado físico, sigan conectados a la antigua especificación, pero con un ajuste único de precios en septiembre para cerrar la brecha. A pesar de preservar la liquidez en el contrato, los operadores señalan que esta decisión complica las valoraciones y añade riesgos.
Por su parte, el mercado físico, especialmente en China –principal importador de mineral de hierro marítimo- ya ha comenzado a adaptarse. Desde mayo, los envíos de PBF con llegada en julio han evolucionado hacia el estándar de 61% de Fe.
En busca de una solución, las agencias de informes de precios han adoptado un enfoque de doble índice. La industria aboga por la implementación de un sistema con referencias tanto de 61% como de 62% de Fe para respaldar la transición. Esta estrategia permitiría a las bolsas lanzar nuevos productos financieros, como futuros de 61% de Fe, armonizando el mercado físico con la esfera financiera y restaurando la confianza en la determinación de precios.
Aunque la transición de estándares ha generado incertidumbre a corto plazo, también abre una oportunidad única para abordar deficiencias de larga data en el sistema de fijación de precios. La adopción de una especificación que se ajuste a las negociaciones reales podría reducir el riesgo y mejorar la transparencia, alineando la liquidación financiera con la dinámica física del mercado del mineral de hierro.