China pasa de ser un principiante a una potencia nuclear: así es su asombroso crecimiento

China ha sido responsable de la mayor parte del crecimiento mundial en cuanto a nuevos reactores nucleares, tiene 19 reactores nucleares en construcción y 38 en funcionamiento. Ha multiplicado por más de diez su número de reactores en funcionamiento desde el año 2000 y tiene previsto poner en marcha cinco unidades comerciales sólo este año. Se trata de China, el generador de energía nuclear de más rápida expansión en el mundo.

China ocupa el 1er puesto en expansión nuclear

En la lista de «países en expansión» del mundo, China ocupa el primer puesto, seguida de Rusia, con siete reactores en construcción, India, con seis, y la República de Corea, con tres. Actualmente, los países con más reactores en funcionamiento son Estados Unidos, Francia, Japón y China.

China también está desarrollando sus capacidades nacionales, superando los límites en lo que respecta a diversos diseños de reactores avanzados y SMR (Small Modular Reactor), y en 2021 entró en funcionamiento el reactor de alta temperatura refrigerado por gas Shidao Bay-1 y comenzó la construcción de un SMR de agua ligera en Changjiang-1.

Sin embargo, este panorama es relativamente nuevo, lo que queda claro al revisar los archivos de Nuclear Engineering International. En junio de 1992 se informó de los ambiciosos planes de la República Popular, tras la exitosa puesta en marcha de la primera central nuclear del país, Qinshan-1.

En 30 años, China se ha convertido en un actor clave de la familia nuclear internacional, en gran medida gracias a los sucesivos planes gubernamentales que le han prestado un importante apoyo.

Algunos de los planes se han hecho realidad, como la creación de un amplio abanico de conocimientos en las distintas partes del ciclo del combustible. Sin embargo, China aún no es totalmente independiente. La información de 1992 también hace importantes referencias a la cuestión del reprocesamiento y el uso de reactores rápidos, que es un área en la que los planes (incluido el reprocesamiento industrial para 2015) no han progresado tanto.

Aunque se mantiene el compromiso de un ciclo de combustible cerrado, todavía no se dispone de instalaciones de reprocesamiento a gran escala en el país. Igualmente, los planes para los reactores rápidos no han avanzado tanto como el artículo preveía, pero la construcción del proyecto piloto del reactor rápido de Xiapu comenzó en 2017, y una segunda unidad empezó a construirse en 2020.

El papel cada vez más dominante de China y de Rusia en el futuro de la energía nuclear no atrajo mucho la atención de Occidente inicialmente, donde la energía nuclear languidecía en un estado de limbo. Sin embargo, la administración Trump identificó las implicaciones geopolíticas que se derivarán de una expansión de la energía nuclear liderada por Rusia y China en los países de ingresos medios y bajos, y volvió a poner la I+D nuclear especialmente en la agenda política.

No obstante, estos dos países llevan una importante ventaja en áreas como la cadena de suministro y el desarrollo, y antes del estallido de la guerra de Ucrania una hegemonía ruso-china parecía casi segura. Eso está claramente en el aire ahora, y tendremos que ver cómo será el mundo cuando el humo se despeje.

En cualquier caso, China sigue ampliando su parque nuclear como un reloj, pero a pesar de ello, la energía nuclear sólo produce alrededor del 5% de la electricidad de China, y sólo el 2,25% de su demanda total de energía.

China busca frenar su dependencia al carbón

Con la posibilidad de reequipar las centrales de carbón con reactores, la energía nuclear tiene un camino claro para desafiar la posición aparentemente inexpugnable del carbón en la satisfacción de la creciente demanda de energía de China.

Para intentar frenar su dependencia del carbón, que contamina el aire y es difícil de transportar desde las minas de carbón del oeste y el norte del país hasta la costa sureste, económicamente desarrollada, China está construyendo la mayoría de sus reactores a lo largo de la costa.

Con la energía nuclear, pretende aumentar la seguridad energética, reducir su dependencia del carbón y el petróleo y limitar las emisiones de CO₂, sin dejar de lado su crecimiento económico. Sin embargo, esto requeriría una mayor intensificación de sus ambiciones nucleares.

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