China ha suspendido un subsidio no oficial para las importaciones de cobre y níquel de países como Rusia, una medida que podría afectar la competitividad de los metales rusos, a pesar de la creciente dependencia de Moscú del mercado chino tras las sanciones occidentales.
Durante años, las empresas estatales chinas se beneficiaron de un reembolso en la compra de metales procedentes de Rusia, Irán y Mongolia. Este subsidio, cuyo monto variaba según las condiciones del mercado, ha sido eliminado en las licitaciones más recientes. Según fuentes familiarizadas con el asunto, aunque el retiro del subsidio podría hacer que el metal ruso sea menos competitivo, no se espera que tenga un impacto sustancial en los masivos flujos comerciales de Rusia, dada su gran dependencia de los compradores chinos.
Creciente dependencia rusa de China
Las exportaciones de metales rusos a China se han disparado desde la invasión de Ucrania en 2022, que resultó en un bloqueo de los mercados occidentales. En los primeros cinco meses de 2025, las ventas de cobre ruso a China aumentaron un 66%, mientras que las importaciones de níquel se duplicaron con creces, según datos de aduanas chinos.
La razón detrás de este cambio de política no está clara, pero la decisión se tomó antes de la visita de cuatro días del presidente ruso, Vladímir Putin, a China a principios de septiembre, donde se consolidaron los lazos políticos y económicos entre ambos países.
La suspensión de este beneficio llega en un momento en que el mercado global de níquel se mantiene con un exceso de oferta, impulsado por la producción en Indonesia con inversiones chinas. Por su parte, los flujos comerciales de cobre se han visto alterados este año por los grandes envíos a EE. UU. en previsión de aranceles, manteniendo los inventarios bajos en el resto del mundo. El Ministerio de Finanzas de China no ha emitido comentarios oficiales sobre la medida.