Descubren en el mar de Groenlandia las filtraciones de metano más profundas jamás registradas

Por:
Cristian Recabarren Ortiz
Editor Senior Revista Digital Minera
Fundador y Editor de Revista Digital Minera, Ingeniero de Minas apasionado por la Tecnología e Innovación.
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Un hallazgo científico en la dorsal Molloy redefine el conocimiento sobre ecosistemas de aguas profundas, el ciclo del carbono y los límites de la vida en condiciones extremas.

Un equipo internacional de científicos identificó en el mar de Groenlandia el sistema de filtraciones frías más profundo conocido hasta ahora, ubicado a 3.640 metros bajo el nivel del mar. El descubrimiento, denominado Montículos de Hidratación Freya, fue realizado en el marco de la expedición Arctic Deep Ocean Census – EXTREME24 y constituye un avance significativo en la comprensión de los ecosistemas abisales y del comportamiento del metano en ambientes extremos.

El hallazgo se sitúa en la cresta Molloy, una zona tectónicamente activa del Ártico, y amplía en cerca de 1.800 metros el récord previo de profundidad para afloramientos de hidratos de gas. Según los investigadores, este ecosistema demuestra que los hidratos de metano pueden formarse y mantenerse estables en condiciones mucho más profundas y severas de lo que se creía hasta ahora, lo que obliga a revisar los modelos científicos existentes.

Desde el punto de vista geológico, los montículos representan un sistema dinámico de migración de fluidos. En el lecho marino se observan procesos constantes de formación y colapso de hielo de metano, filtraciones de petróleo crudo y potentes columnas de gas que alcanzan hasta 3.300 metros de altura, entre las más extensas registradas a nivel mundial. Esta actividad convierte a la zona en un laboratorio natural para estudiar el ciclo profundo del carbono y los mecanismos de liberación de metano en el océano Ártico.

A pesar de la ausencia total de luz solar y de las condiciones químicas adversas, el ecosistema alberga una sorprendente diversidad biológica. Gusanos tubícolas, anélidos maldánidos y caracoles prosperan gracias a la quimiosíntesis, un proceso en el que bacterias simbióticas transforman compuestos tóxicos en energía. Los científicos destacan que varias de estas especies son similares a las encontradas en fuentes hidrotermales, lo que sugiere la existencia de conexiones ecológicas profundas y hasta ahora insospechadas en el fondo marino ártico.

“La identificación de estas filtraciones frías ultraprofundas reescribe las reglas sobre los ecosistemas de aguas profundas y el ciclo del carbono”, señaló la profesora Giuliana Panieri, científica jefe de la expedición. El estudio subraya además la relevancia del hallazgo en un contexto de cambio climático, ya que permite analizar cómo el metano —un potente gas de efecto invernadero— puede comportarse bajo alta presión y en escenarios de calentamiento oceánico.

Los autores enfatizan que el descubrimiento refuerza la necesidad de evaluaciones ambientales rigurosas, especialmente ante el creciente interés internacional por la exploración de recursos en el Ártico. La investigación fue publicada el 17 de diciembre en la revista Nature Communications.

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