La red eléctrica chilena está bajo una presión significativa. Cerca del 17% de la electricidad generada a partir de fuentes renovables se perdió o desaprovechó debido principalmente a desafíos en el transporte y la distribución de esa energía.
Limitaciones en el transporte detienen el desarrollo de las ERNC
Pese a que el 59% de la matriz energética nacional ya se sustenta en energías renovables, según datos de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), la infraestructura de transmisión de Chile está siendo cuestionada. Los números son preocupantes: durante el 2024, el Coordinador Eléctrico Nacional registró el descarte de 5.900 GWh de electricidad generada por fuentes solares y eólicas.

Esta cantidad representa el 17% del total de generación limpia del período y podría haber cubierto las necesidades de más de un millón de hogares a lo largo de un año.
Este vertimiento de energía, como se le llama técnicamente, subraya una falla estructural crítica que se vuelve cada vez más urgente. La energía limpia no utilizada se disparó un 149% respecto al 2023, una situación que complica seriamente la meta de descarbonización del país. Además, tiene consecuencias directas: afecta la capacidad industrial y presiona al alza los costos de la electricidad para empresas y usuarios residenciales.
Roberto Lepín, director de Servicios para el Clúster Andino Sur en Schneider Electric, enfatiza la urgencia de actuar: “Es indispensable modernizar la infraestructura eléctrica nacional no solo para evitar interrupciones masivas, sino para aprovechar plenamente el potencial renovable de Chile”.
Más allá de las implicancias medioambientales, la antigüedad de las redes trae consigo severos riesgos económicos. Las deficiencias de la infraestructura provocan mayores gastos de operación, interrupciones frecuentes en el suministro y baja fiabilidad, lo que resta productividad al país frente a naciones que ya cuentan con sistemas de red actualizados. Este escenario impacta tanto en las operaciones empresariales como en la economía de los hogares chilenos.
El camino hacia una red eléctrica moderna y sustentable
Considerando esta realidad, la actualización de las redes es una necesidad estratégica. Schneider Electric, una firma enfocada en la digitalización y la sostenibilidad, ofrece soluciones como EcoStruxure Grid. Esta plataforma emplea el Internet de las Cosas (IoT) para transformar las redes tradicionales en sistemas inteligentes con mayor capacidad de adaptación.
Su metodología integral, que va desde el diseño hasta el mantenimiento, optimiza la administración de los activos eléctricos, asegurando una operación más limpia y efectiva.
Además, la empresa está promoviendo tecnologías de automatización y manejo a distancia, lo que facilita la conexión de las energías renovables y mantiene estable el suministro ante las grandes variaciones de la generación. Sus herramientas también incluyen mecanismos de almacenamiento y flexibilidad energética, componentes esenciales para aprovechar al máximo la electricidad limpia dentro de un marco económico con creciente electrificación.
Lepín comentó: “Estas tecnologías permiten que la infraestructura eléctrica deje de ser una barrera y se convierta en un habilitador para la transición energética”.

