La producción de petróleo de Estados Unidos alcanzó un nuevo récord en 2024, superando el récord anterior establecido en 2023. Los avances tecnológicos, como la fracturación hidráulica de precisión y las técnicas de recuperación mejorada, han desempeñado un papel importante en el aumento de la productividad.
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El sector energético estadounidense ha demostrado una vez más su capacidad de resistencia e innovación en un año marcado por preocupaciones sobre la volatilidad económica mundial, las políticas de transición energética y la fluctuación de la demanda. Aprovechando el impulso récord de 2023, el 2024 ha demostrado ser otro año histórico para la producción de petróleo en Estados Unidos.
En 2023, la producción de petróleo de Estados Unidos superó los 12,9 millones de barriles diarios, consolidando la posición del país como el primer productor mundial de petróleo. Para este año, se esperaba que Estados Unidos batiera un segundo récord consecutivo en la producción de petróleo, y los datos preliminares de la Administración de Información Energética de EE.UU. (EIA) confirman esta predicción.
Hasta el 13 de diciembre de 2024, la producción promedio de petróleo en Estados Unidos se situaba en 13,249 millones de barriles diarios, y se estima que la producción acumulada para el año alcanzará los 4.611 millones de barriles. Esto está a solo 110 millones de barriles del récord anual anterior, lo que indica que es muy probable que el récord caiga antes del 22 de diciembre de 2024.
Este logro es una muestra de la capacidad de la industria para adaptarse a los cambios en la demanda y los desafíos del mercado, manteniendo altos niveles de productividad. Las técnicas de recuperación mejorada, como la fracturación hidráulica de precisión y las tecnologías de perforación mejoradas, han sido fundamentales para aumentar la productividad de los principales yacimientos petrolíferos, siendo la cuenca del Pérmico la que más contribuye al crecimiento de la producción.
La demanda constante de crudo estadounidense a nivel internacional ha estimulado la producción, convirtiendo al petróleo estadounidense en una alternativa fiable en los mercados mundiales. La robusta infraestructura de oleoductos y terminales de exportación también ha contribuido a esta expansión, permitiendo un transporte fluido a los compradores internacionales. A nivel nacional, la atención a las necesidades de los consumidores y la capacidad de refinado han garantizado la estabilidad del mercado interno.
El crecimiento de la industria petrolera de Estados Unidos ha generado empleo, fortalecido las economías locales y reforzado la seguridad energética nacional. Sin embargo, persisten los retos en cuanto a las preocupaciones medioambientales y la alineación de la producción con los objetivos de sostenibilidad a largo plazo. Será fundamental invertir en iniciativas de reducción de emisiones y tecnologías más limpias para equilibrar estas prioridades con el crecimiento a corto plazo.
El récord de producción de petróleo de Estados Unidos en 2024 demuestra la capacidad del sector energético para satisfacer las necesidades energéticas mundiales y nacionales, contribuyendo al crecimiento económico. La resistencia y la innovación siguen siendo las señas de identidad de la historia de éxito del sector energético estadounidense, consolidando su lugar en la vanguardia del mercado mundial.
