Juan Carlos Muñoz, ministro de Transporte de Chile, afirmó ante que la sección correspondiente a su nación está prácticamente finalizada. Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha señalado la necesidad de concretar diversas optimizaciones en las infraestructuras portuarias y de carreteras para garantizar que esta ruta de 2.400 kilómetros opere como un enlace ininterrumpido entre los océanos Pacífico y Atlántico.
La arteria vial Bioceánica, identificada también como el «Corredor Capricornio», constituye un trayecto de aproximadamente 2.400 kilómetros. Su recorrido conecta a Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, logrando la unión del océano Atlántico con el Pacífico mediante el uso de los terminales marítimos situados en el norte de Chile.
Esta iniciativa, que recibe apoyo financiero del BID, se oficializó en 2015 mediante la Declaración de Asunción, acto en el cual los países participantes se comprometieron a impulsar la consolidación de esta red. A pesar del consenso general sobre el inmenso potencial logístico que ofrece, el progreso difiere entre los miembros: la implementación está siendo encabezada por Chile y Brasil, mientras que Argentina y Paraguay se encuentran lidiando con complicaciones de índole técnica y económica más significativas.
La materialización de este proyecto exige que cada nación participante construya o acondicione segmentos específicos de carreteras, y simultáneamente fortalezca su infraestructura de apoyo al transporte y sus instalaciones portuarias para gestionar el anticipado incremento en el volumen de mercancías.
Con respecto a Chile, se han llevado a cabo diversas obras destinadas a poner en servicio el corredor dentro de sus límites geográficos. El titular de Transporte y Telecomunicaciones del país andino, Juan Carlos Muñoz, declaró a DFSUD: “La totalidad de las tareas que nos competen han sido completadas o están en su fase final de construcción”.
Esta aseveración encuentra respaldo en el BID, entidad que confirma los avances chilenos y sostiene que el país ya dispone de «segmentos viales operativos que se han establecido como corredores de transporte firmes». La relevancia de estas vías radica en que enlazan los cruces de frontera de Sico y Jama con los puertos y centros urbanos más importantes de Iquique y Antofagasta.
El ministro Muñoz, adicionalmente, hizo hincapié en las modernizaciones aplicadas a las instalaciones portuarias septentrionales. En el puerto de Iquique, por ejemplo, se realizó una inversión para adquirir una nueva grúa que potenciará la capacidad operativa, mientras que en el terminal de Antofagasta se procede con la extensión del «rompeolas» (molo de abrigo), cuya finalidad es optimizar el área destinada a la carga y descarga de bienes.
Aun con el progreso alcanzado, el BID admite la persistente necesidad de implementar «mejoras en las entradas a la frontera, la infraestructura de soporte para el traslado de mercancías, vehículos privados y viajeros, y la conectividad digital». En este contexto, el funcionario público especificó que «se están ejecutando proyectos, tales como el acondicionamiento de la Ruta 1 que conduce a Iquique, y la optimización de la rotonda Pampino junto con sus vías anexas en la Ruta 16”.
Retrasos en las naciones interiores
Por el contrario, tanto Argentina como Paraguay presentan postergaciones en sus cronogramas. De acuerdo con el BID, el Puente Internacional que unirá Porto Murtinho con Carmelo Peralta, y que es esencial para vincular a Brasil con el resto del trazado, registra un 80% de avance.
Muñoz estima que su puesta en funcionamiento se dará cerca del cierre del 2026, momento en el cual permitirá el tránsito de mercancías provenientes de Paraguay y Brasil hacia los terminales marítimos de Chile. Para esa fecha, señaló, la sección chilena «estará completamente lista y en servicio”.
En paralelo, Paraguay adelanta labores de asfaltado en tres segmentos de la vía. El primero, que abarca el trayecto entre Carmelo Peralta y Minas Cue, ha sido terminado; el segundo, que conecta Mariscal Estigarribia y Pozo Hondo, está actualmente en desarrollo. En relación con el tercer tramo, una sección de 102,5 km que todavía no ha comenzado su construcción, el gobierno paraguayo ha pedido asistencia al BID para su pavimentación. De concretarse, la ruta del corredor a través de esa zona quedará totalmente asfaltada.
En el caso de Argentina, el BID precisó que «todavía quedan secciones significativas por asfaltar» tanto en la Ruta Nacional 51 (RN51), que sirve de enlace con el Paso de Sico, como en un segmento de 25 km de la Ruta Provincial 54. No obstante, la provincia de Salta ha obtenido recientemente fondos internacionales para progresar en las obras de la RN51.
“Mi expectativa es que Argentina honre su compromiso”, manifestó Muñoz, aludiendo al tratado suscrito en 2015. Resaltó que “la participación activa de las cuatro naciones es crucial para que los 2.400 kilómetros operen como un sistema interconectado, lo cual impulsará la solidez de la economía de la región”.
El objetivo de esta trascendental infraestructura es establecer la ruta más directa entre el Pacífico y el Atlántico, lo que aumentará la capacidad competitiva del Cono Sur. Asimismo, existe la posibilidad de que se complemente con el Corredor Ferroviario Bioceánico, el cual facilitará el transporte de carga hacia el terminal de Chancay, en Perú.




