El reciente acuerdo comercial alcanzado entre Estados Unidos y China contiene un aspecto fundamental que podría determinar el futuro de las industrias tecnológicas esenciales: los minerales conocidos como tierras raras.
La Concentración de la Producción Global en China
Las tierras raras son un conjunto de 17 elementos metálicos vitales para numerosas aplicaciones militares y tecnológicas. Si bien su nombre puede sugerir que son escasos, en realidad son más comunes que el oro en la corteza terrestre . El desafío principal radica en que su extracción y procesamiento son procesos técnicos complejos, costosos y con un impacto ambiental considerable.
 
La concentración del control chino en este sector estratégico es notable. Los informes más recientes indican que China es responsable del 61 % de la extracción mundial de estos elementos, pero su dominio es aún mayor en el procesamiento, donde controla el 92 % del mercado global.
Importancia Estratégica y Aplicaciones Críticas
Estas materias primas se utilizan en sectores industriales críticos, incluyendo la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, turbinas de energía eólica, equipos de uso médico y sistemas militares avanzados, como los aviones de combate F-35 y los misiles Tomahawk.
El papel crucial de las tierras raras en los sistemas de defensa de EE. UU. ha sido destacado por un análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), lo que eleva su importancia geopolítica. Esta influencia se hizo evidente cuando China endureció las limitaciones a la exportación, extendiendo los controles a elementos como el erbio, el holmio y el tulio, y exigiendo licencias para la tecnología de imanes asociados.
La Dependencia de Estados Unidos y el Contexto de Negociación
La necesidad de Estados Unidos de adquirir minerales de tierras raras procesados en China se ha convertido en una herramienta estratégica de negociación para Beijing, especialmente en el marco de la prolongada tensión comercial iniciada durante la administración Trump.
Las cifras proporcionadas por el Servicio Geológico de Estados Unidos revelan que, entre los años 2020 y 2023, aproximadamente el 70 % de los compuestos importados por EE. UU. en esta categoría procedían de China.
A pesar de que Estados Unidos posee y opera una mina de tierras raras en California, su infraestructura carece de la capacidad necesaria para procesar los minerales pesados. Gracelin Baskaran, directora del Programa de Seguridad de Minerales Críticos del CSIS, explicó que esta limitación obliga a que estos materiales sean enviados a China para su proceso de separación y refinado.
A comienzos de este mes, Beijing incrementó aún más las restricciones, elevando a 12 el número de tierras raras sujetas a control de exportación. Esta decisión tuvo una influencia directa en las conversaciones durante la reciente cumbre de la APEC. El nuevo acuerdo bilateral refleja un avance: China se ha comprometido a revocar las normativas de control más recientes; no obstante, las restricciones iniciales anunciadas meses atrás continúan en vigor. Este panorama confirma los esfuerzos de Beijing por reforzar su posición dominante en el mercado, mientras Washington trabaja para disminuir su dependencia.
 
							 
		
 
		 
		 
		