El informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) advierte que la alta concentración de la producción de minerales críticos en China representa un riesgo estructural para la seguridad energética y las cadenas de suministro globales.
Un riesgo cada vez más tangible para la estabilidad global
Un nuevo informe publicado por la Agencia Internacional de Energía (IEA) encendió las alertas sobre el creciente nivel de concentración global de minerales críticos, advirtiendo que los recientes controles de exportación impuestos por China sobre tierras raras y baterías de iones de litio evidencian una vulnerabilidad estructural que podría comprometer la seguridad energética y la estabilidad económica internacional.
Según el estudio, esta dependencia de un número reducido de países proveedores ha convertido en una realidad los riesgos que antes se consideraban potenciales. Las interrupciones comerciales, los eventos climáticos extremos o los fallos técnicos en zonas específicas podrían tener consecuencias globales para industrias estratégicas como energía renovable, defensa, aeroespacial, automoción y centros de datos de inteligencia artificial.
China domina la cadena de las tierras raras
El informe detalla que China controla cerca del 60 % de la producción minera mundial de tierras raras y un 91 % del refinado y separación de estos elementos, esenciales para la fabricación de imanes permanentes utilizados en turbinas eólicas, motores eléctricos e instrumentos industriales. En este último rubro, el dominio chino asciende al 94 % de la producción global.
El análisis advierte que los nuevos controles de exportación, vigentes desde abril y ampliados en octubre de 2025, abarcan no solo minerales y compuestos, sino también piezas y componentes fabricados internacionalmente con materiales o tecnologías de origen chino. Esto amplifica el riesgo de disrupciones en las cadenas de suministro internacionales, especialmente en sectores dependientes de la transición energética y la innovación tecnológica.
El control de las baterías como nueva frontera estratégica
Además del liderazgo en tierras raras, el estudio subraya que China ejerce un dominio integral sobre la cadena de valor de las baterías de iones de litio, desde la producción de celdas y paquetes hasta los materiales clave de ánodos y cátodos LFP, e incluso los equipos industriales utilizados en su fabricación.
La IEA advierte que cualquier retraso o restricción adicional en las exportaciones podría traducirse en escasez de materiales, aumento de costos y ralentización en la producción de vehículos eléctricos y sistemas de almacenamiento energético, afectando sectores estratégicos como la defensa y la industria aeroespacial.
Diversificación como desafío urgente
El informe enfatiza la necesidad de acelerar la diversificación geográfica y tecnológica de las cadenas de suministro de minerales críticos. En ese sentido, destaca iniciativas emergentes en Estados Unidos, Australia, Malasia, Estonia, Brasil, India y Tanzania, que buscan reducir la dependencia estructural de China. Sin embargo, advierte que la capacidad productiva fuera del gigante asiático sigue siendo limitada, especialmente en lo relativo a la fabricación de imanes permanentes y materiales avanzados para baterías.
Llamado a una cooperación internacional más robusta
Finalmente, la IEA plantea que la resiliencia global frente a posibles disrupciones dependerá de la cooperación internacional, la inversión estratégica y el desarrollo de políticas industriales coordinadas. Estas medidas, señala, permitirían reducir la vulnerabilidad del sistema energético mundial y garantizar un suministro estable de minerales críticos, pieza clave para sostener la transición hacia una economía baja en carbono.
En palabras del organismo, el desafío no es solo económico, sino geopolítico y ambiental, y su abordaje determinará la seguridad energética del futuro inmediato.




