La intervención militar en Ecuador marca un hito significativo en la lucha contra la minería ilegal.
Detalles del operativo militar en Imbabura
En una demostración de fuerza y coordinación, las Fuerzas Armadas de Ecuador llevaron a cabo un operativo sin precedentes en la provincia de Imbabura, específicamente en la zona de Buenos Aires, cantón Urcuquí. Este esfuerzo conjunto entre el Ejército y la Fuerza Aérea se centró en erradicar la presencia de minería ilegal que ha plagado la región durante años. La operación no solo fue vasta en alcance, cubriendo unas 187 hectáreas, sino también intensa en su ejecución, empleando artillería pesada y apoyo aéreo decisivo.
El impacto del operativo fue considerable, con la neutralización de más de 720 bocaminas. Además, se destruyeron múltiples campamentos y centros de procesamiento de minerales que eran operados ilegalmente por organizaciones criminales. Esta operación estratégica no solo buscó eliminar las infraestructuras físicas, sino también enviar un mensaje claro de que el gobierno ecuatoriano está decidido a mantener el control territorial y combatir las actividades ilegales que amenazan la estabilidad y el desarrollo económico regional.
Reacciones y declaraciones oficiales
La acción militar fue respaldada por altos mandos del gobierno ecuatoriano. El ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, enfatizó la permanencia de la presencia militar en la zona, prometiendo que «la minería ilegal se acabó en este sector, no va más». Estas palabras resuenan con un compromiso firme del Estado para reafirmar su autoridad y garantizar la legalidad en sus territorios. El operativo no solo buscó desmantelar las operaciones ilegales, sino también establecer un precedente para futuras acciones contra la criminalidad organizada.
El apoyo presidencial al operativo fue igualmente firme. El presidente Daniel Noboa, a través de su cuenta en X, reiteró el compromiso del gobierno con la lucha contra el crimen organizado, destacando que no cederán ante «presiones o amenazas» y que continuarán su ofensiva contra la minería ilegal en Imbabura. Este respaldo desde el más alto nivel político es crucial para mantener la moral de las tropas en el terreno y la confianza de la población en el gobierno, sobre todo en aspectos de seguridad y orden legal.