La Comisión Europea anunció el inicio de una investigación en profundidad sobre la adquisición por 500 millones de dólares del negocio brasileño de níquel de Anglo American Plc por parte de la minera china MMG Ltd., en medio de crecientes preocupaciones sobre el impacto del acuerdo en la competencia y el suministro de materiales críticos para la industria del acero inoxidable del bloque.
Temores por la seguridad del suministro europeo
La decisión fue comunicada por la comisaria europea de Competencia, Teresa Ribera, quien advirtió que el acuerdo “podría poner en peligro el acceso continuo y confiable en Europa al suministro de ferroníquel”, un componente clave en la fabricación de acero inoxidable.
La Comisión analizará si la operación —que incluye las minas Codemin y Barro Alto en Brasil— otorgaría a MMG y, por extensión, al Estado chino, una influencia excesiva sobre el mercado global del níquel, un metal fundamental para las baterías, la electromovilidad y la siderurgia avanzada.
El proceso de revisión entra ahora en una fase 2, que puede extenderse por hasta 90 días hábiles, aunque los plazos podrían alargarse si los reguladores europeos solicitan más información. La Comisión tiene hasta el 20 de marzo para emitir su dictamen final.
Una operación bajo presión internacional
MMG Ltd., con sede en Hong Kong y controlada por el conglomerado estatal China Minmetals Corp., acordó en abril pasado la compra de los activos de níquel de Anglo American en Brasil por un monto de US$500 millones. Con esta operación, la compañía busca reforzar su presencia en el mercado de metales para la transición energética, tras su expansión reciente en cobre y zinc.
Sin embargo, tanto en Europa como en Estados Unidos, la transacción ha despertado recelo político y comercial. En Norteamérica, el Instituto Americano del Hierro y el Acero instó a la Casa Blanca a evaluar los posibles efectos del acuerdo sobre la seguridad de las cadenas de suministro de minerales críticos, argumentando que “podría otorgar a China un control aún mayor sobre las reservas globales de níquel”.
Compromisos insuficientes para Bruselas
Para intentar evitar una revisión prolongada, MMG y Anglo American habían propuesto inicialmente un acuerdo de suministro garantizado: que Anglo continuara comprando ferroníquel a MMG proveniente de las minas brasileñas después del cierre de la operación. Sin embargo, la Dirección General de Competencia de la UE consideró que el compromiso era insuficiente para disipar los riesgos de concentración de mercado, según reportó Bloomberg.
La Comisión Europea suele exigir remedios estructurales robustos, como la venta de activos o la limitación de cuotas de mercado, para autorizar fusiones que puedan afectar la competencia. En algunos casos, sin embargo, si las preocupaciones resultan infundadas, el regulador puede otorgar su aprobación sin condiciones adicionales.
Un nuevo frente en la disputa por los minerales críticos
El caso se enmarca en el contexto de una creciente rivalidad geoeconómica entre Occidente y China por el control de los minerales estratégicos que sustentan la transición energética global. Europa, en particular, busca reducir su dependencia de proveedores externos en sectores como el litio, el cobalto y el níquel, esenciales para la producción de baterías y tecnologías limpias.
En ese sentido, Bruselas considera el níquel un recurso crítico para la autonomía industrial europea, razón por la cual vigila estrechamente la concentración de activos bajo control chino. De confirmarse los temores de la Comisión, el acuerdo podría bloquearse o quedar sujeto a condiciones restrictivas que limiten el poder de mercado de MMG en el continente.
Reacciones de las compañías
En un comunicado conjunto, MMG y Anglo American señalaron que “no consideran que la transacción plantee problemas de competencia”, y expresaron su disposición a “cooperar plenamente con los organismos europeos para resolver cualquier inquietud pendiente”.
Pese a ello, analistas del sector estiman que la investigación dificultará los plazos de cierre de la operación, añadiendo incertidumbre a un mercado ya tensionado por la volatilidad de los precios del níquel y las restricciones al comercio internacional.
La decisión de la Unión Europea marca, además, un precedente relevante para futuras adquisiciones de activos mineros por parte de empresas estatales chinas, en momentos en que el bloque impulsa una política de control más estricto de inversiones extranjeras en sectores estratégicos.
Con el caso aún en revisión, el futuro del acuerdo entre MMG y Anglo American permanece incierto, y su desenlace podría definir la dirección de la política europea de minerales críticos en los próximos años.
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