El alza de salarios reales y una mayor confianza del consumidor impulsarán el crecimiento del país en 2025, según nuevo informe.
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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ajustó al alza su estimación de crecimiento para Chile en 2025, proyectando una expansión del 2,4% del PIB, una décima más que en su informe anterior. El organismo atribuyó esta mejora al dinamismo del consumo interno y al fortalecimiento de la inversión privada.
Un escenario económico más optimista para 2025
En su informe de Perspectivas Económicas, la OCDE destacó que la economía chilena crecerá un 2,4% tanto en 2025 como en 2026, apoyada en el aumento de los ingresos reales, la creación de empleo y una recuperación de la confianza. Este nuevo cálculo mejora la previsión anterior del 2,3% emitida en diciembre de 2024.
A juicio del organismo con sede en París, el consumo de los hogares se verá favorecido por salarios reales al alza y un mercado laboral más activo, mientras que la inversión repuntará gracias a menores costos de financiamiento y una mejor percepción del entorno empresarial.
Inflación en descenso y política monetaria más neutral
El reporte también entrega señales positivas respecto a los precios. Se espera que la inflación continúe a la baja hasta llegar al 3,3% en 2026, acercándose así a la meta del 3% establecida por el Banco Central. En consecuencia, se prevé que la política monetaria evolucione gradualmente hacia una posición más neutral.
En cuanto al comercio exterior, pese a la persistente incertidumbre internacional, la OCDE confía en que las exportaciones chilenas se mantendrán firmes, aunque advierte que una posible desaceleración en China podría afectar la demanda por cobre, el principal producto de exportación del país.
Factores de riesgo y oportunidades de mejora
La OCDE identificó dos factores clave que podrían impulsar aún más la economía: el avance acelerado de grandes proyectos mineros y un mayor crecimiento de los salarios reales, lo cual elevaría el consumo interno. Sin embargo, alertó que una prolongación de la incertidumbre global podría afectar la inversión y la confianza empresarial.
El organismo también hizo un llamado a acelerar las reformas estructurales, especialmente en lo que respecta a la simplificación de normativas, digitalización de trámites y fortalecimiento del capital humano. “Impulsar la innovación y mejorar la productividad será esencial para consolidar un crecimiento sostenible”, concluyó el informe.
