· Entre sus atractivos, incluye un «túnel de viento» para medir el impacto de diversas variables en aerogeneradores y un campo fotovoltaico que permite analizar el impacto de diversas estrategias de operación y mantenimiento en la producción y los costos de operación. La infraestructura también permite someter nuevos módulos fotovoltaicos a prueba en condiciones reales y hacer investigación y transferencia tecnológica.
La carrera de Ingeniería Civil en Energía de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, Campus Peñalolén, estrenó su nuevo curso de pregrado, “Laboratorio de Energías Renovables”, que cuenta con infraestructura para realizar experiencias prácticas sobre energía eólica, solar fotovoltaica e incluso sobre hidrógeno verde y electromovilidad, en ambientes controlados y seguros.
PhD. Luis Gutiérrez, director de la carrera Ingeniería Civil en Energía de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, e investigador del Centro de Transición Energética (CENTRA-UAI), explica cómo se gestó esta idea hace ya 3 años: «La carrera de Energía tiene la misión de formar capital humano especializado que lidere la transición energética, reuniendo competencias de la ingeniería eléctrica, mecánica, ambiental e industrial. Si bien los contenidos de la malla fueron actualizados el 2020 para potenciar el perfil de egreso, teníamos la deuda pendiente de armar un curso 100% de laboratorio en energías renovables, muy necesario para una carrera de este tipo. Con este objetivo en mente comenzamos a instalar equipamiento de última generación, incluyendo inversores híbridos y baterías de litio en nuestra planta fotovoltaica y una pequeña planta de hidrógeno. Finalmente, este año pudimos lanzar este curso de laboratorio especializado en energías renovables, liderado por el profesor Felipe Larraín, y esperamos que la iniciativa marque la diferencia con otros programas de pregrado”.
«No es lo mismo aprender la teoría en abstracto, que trasladar los conocimientos a la práctica. La idea es que los estudiantes sean capaces de trabajar en terreno y comprender la magnitud de los desafíos técnicos, y para ello necesitan competencias prácticas de operación y mantenimiento de plantas eólicas y solares fotovoltaicas», explica Felipe Larraín, PhD. en Ingeniería Eléctrica, Profesor del Laboratorio de Energías Renovables UAI y Director Asociado de Investigación del Centro de Transición Energética (CENTRA-UAI)
La infraestructura involucra no sólo equipos de generación de energía renovable, sino también equipos de electrónica de potencia que actúan como interfaz. El conjunto de equipos y sistemas de monitoreo y control permite realizar experiencias docentes y poner en práctica el conocimiento adquirido en cursos como “Máquinas eléctricas” y “Sistemas eléctricos de potencia”, por ejemplo, para controlar la velocidad de un motor de inducción alimentado por baterías a través de un inversor con frecuencia variable, permitiendo un mejor entendimiento de vehículos eléctricos. Adicionalmente, los estudiantes pueden utilizar la infraestructura para testear nuevos prototipos de generación de energía sometidos a condiciones de ambiente reales, para propósitos de investigación y transferencia a la industria.
Con respecto a la energía solar fotovoltaica, el monitoreo eléctrico y meteorológico permite medir y analizar el rendimiento de módulos fotovoltaicos monofaciales y bifaciales, e incluso determinar su degradación en el tiempo. Felipe Larraín añade: «incluso nuestra Universidad en Peñalolén se abastece en parte de energía limpia gracias a los módulos instalados en el campo solar, lo que permite a nuestros alumnos comprender cómo se conecta una planta fotovoltaica a la red de distribución eléctrica».
Gracias al denominado «Túnel de viento», los estudiantes pueden realizar mediciones de curvas viento-potencia de aerogeneradores a escala, modificando la velocidad de rotación de la turbina, la orientación de las palas, etc. Aparte de la docencia de pre y posgrado, el equipamiento de laboratorio permite contribuir a preparar la reconversión laboral de profesionales vinculados a la industria energética más tradicional, por ejemplo, personal de centrales a carbón que deseen introducirse a los aspectos de la operación y mantenimiento de centrales eólicas y solares.