El oro vive un momento sin precedentes en los mercados internacionales. Esta semana la onza alcanzó los US$ 3.819, un nuevo máximo histórico que incluso superó, por primera vez en medio siglo, el récord ajustado por inflación de 1980. Con una apreciación del 45% en lo que va de 2025, el metal amarillo se ha consolidado como el activo con mejor rendimiento del año, por encima de gigantes tecnológicos de Wall Street y del propio bitcoin. Este fenómeno no solo responde al apetito de los inversionistas privados, sino que tiene a los bancos centrales como grandes protagonistas en el reposicionamiento del oro dentro del sistema financiero global.
Bancos centrales: del dólar al oro como activo estratégico
Las compras de oro por parte de bancos centrales se han duplicado en comparación con la década pasada. Desde 2022, cuando Occidente congeló las reservas rusas, países autocráticos comenzaron a acumular oro como forma de diversificar sus reservas y reducir su dependencia del dólar estadounidense. Hoy, por primera vez desde 1996, los bancos centrales mantienen más oro que bonos del Tesoro y el metal superó incluso al euro como segundo activo de reserva más importante del mundo. Según Shaokai Fan, del Consejo Mundial del Oro, esta estrategia permite aumentar reservas sin necesidad de desprenderse de dólares, lo que refuerza la autonomía financiera de los mercados emergentes.

Polonia se convierte en líder inesperado en la acumulación
Aunque Rusia, China e India son señalados como grandes compradores, en 2025 la sorpresa la dio Polonia. Su banco central sumó 67 toneladas de oro en lo que va del año, casi duplicando sus reservas en apenas tres años y superando incluso al Banco Central Europeo en respaldo monetario. “El oro conserva su valor incluso si alguien interrumpe el suministro al sistema financiero global. La fortuna favorece a los preparados”, declaró Adam Glapiński, director del Banco Nacional de Polonia. Este movimiento consolida al país como un actor clave en el nuevo ciclo del oro y refuerza su independencia frente a Bruselas.
ETF y el posible FOMO entre inversores privados
El rally del oro no solo se sostiene en bancos centrales, también empieza a reflejarse en el mercado privado. Los ETF respaldados por oro en América del Norte registraron la semana pasada su mayor flujo desde marzo, mientras los analistas proyectan un efecto FOMO (miedo a quedarse afuera) que podría retroalimentar la subida de precios. A pesar de la magnitud del alza, los ETF de oro representan menos del 1% del mercado, frente al 7% de los ETF de bitcoin en Estados Unidos, lo que da margen para un mayor crecimiento. Según Bank of America, el oro ya es considerado la segunda operación más congestionada del mercado, justo detrás de los Siete Magníficos, lo que abre la incógnita: ¿estamos al inicio de un ciclo alcista prolongado o cerca de su etapa final?