La alta concentración de yacimientos clave de litio, cobre y níquel cerca de territorios tribales se consolida como un factor de “incertidumbre de desarrollo” para la seguridad energética nacional.
Un nuevo análisis del Payne Institute for Public Policy de la Colorado School of Mines ha cuantificado la concentración de depósitos mineros estratégicos en Estados Unidos, revelando que el 97% del níquel, el 89% del cobre, el 79% del litio y el 68% del cobalto del país se localizan a menos de 35 millas de reservas indígenas. Este contexto, detallado en el reporte «Critical minerals mining and Native American sovereignty: Comparing case studies of lithium, copper, antimony, nickel and graphite mining in the United States», pone de manifiesto la crítica intersección entre la minería de minerales críticos y la soberanía de las Tribus Nativas Americanas.
Intersección de Minería y Territorios Tribales
El informe subraya que una porción significativa de los proyectos mineros clave, necesarios para reducir la dependencia de minerales estratégicos de países como China, se ubican cerca de tierras con significado cultural o ambientalmente sensibles para las comunidades tribales. Entre los ejemplos destacados se encuentran Thacker Pass (litio), Resolution Copper, Stibnite (antimonio) y Pebble Mine (cobre).
Esta proximidad genera la mencionada “incertidumbre de desarrollo”, un término que agrupa los conflictos legales, sociales y ambientales que impactan directamente en la aprobación y ejecución de proyectos mineros esenciales, retrasando consecuentemente la transición hacia energías limpias y la seguridad energética de la nación.
Propuesta de Co-Diseño para el Desarrollo Sostenible
El estudio advierte que, a pesar de las recientes reformas regulatorias (como la Clean Energy Minerals Reform Act y la Good Samaritan Remediation of Abandoned Hardrock Mines Act), persisten vacíos en la incorporación temprana y el consentimiento informado de las comunidades tribales.
Para superar estos desafíos, los investigadores plantean la necesidad de implementar un modelo basado en el co-diseño. Este enfoque prioriza la colaboración y la formación de alianzas estratégicas con las comunidades locales desde las etapas iniciales de los proyectos. El objetivo es compatibilizar la seguridad energética con la justicia ambiental y el respeto a la soberanía indígena.
El análisis concluye con un llamado a reflexionar sobre los impactos sociales de la minería: “El desafío no solo es asegurar el suministro doméstico de minerales críticos, sino hacerlo de manera ética y sostenible, protegiendo tanto al medio ambiente como a las sociedades tribales que históricamente han cargado con los costos de la minería.”
