¿Qué ha sucedido con el precio de la plata en 2025?
La plata ha duplicado su valor, de unos US$30 por onza, a principios del año 2025, hasta un máximo histórico de US$67,65 el 18 de diciembre.
El metal cotizó en Comex, la división de materias primas de la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX), los US$30 en enero, rondó los US$37 y US$40 en verano, antes de alcanzar una subida decisiva en los últimos meses del año.
El aumento de más del 110% en 2025 supone un cambio radical para el metal precioso. En la última década, el valor de la plata osciló entre los US$15 a US$25, con repuntes ocasionales por encima de los US$30.
Incluso en máximos anteriores, en 1980 y 2011, la plata alcanzó un máximo cercano a los US$49 por onza. El hermano mayor de la plata, el oro, ha tenido un rendimiento inferior en 2025: ha ascendido hasta un 60%, alrededor de los US$4.340 por onza, pero la plata ha doblado su valor.
El repunte se vio impulsado, en parte, por la caída del dólar estadounidense y las expectativas de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal de EEUU, que hacen que los metales preciosos sean más atractivos como activos refugio.
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Pero hay otros factores que impulsaron el repunte, como el hecho de que la producción tiene dificultades para responder al ritmo de la demanda.
¿Qué desafíos enfrenta la producción de plata?
Latinoamérica, que produce más de la mitad de la plata mundial, enfrenta una disminución de su producción a medida que las minas envejecen y las reservas disminuyen.
México, responsable del 25% del suministro mundial, ha experimentado caídas de producción de dos dígitos en los últimos años. Una de las minas más grandes del país, San Julián, en el norteño estado de Chihuahua, se acerca al final de su vida útil, que será en 2027.
Entretanto, Perú, Bolivia y Chile, que juntos suministran casi un tercio de la plata mundial, enfrentan una disminución en las leyes del mineral, lo que encarece y reduce la eficiencia de la extracción.
Estos países también enfrentan inestabilidad política y regulaciones mineras más estrictas, que han desincentivado nuevas inversiones en sus sectores mineros.
Sin regulaciones favorables, se espera que la producción de Latinoamérica se estanque o disminuya para finales de la década, según analistas de GlobalData, con sede en Londres. El mercado de la plata se ha mantenido en déficit estructural por quinto año consecutivo, según escribió el mes pasado la asociación del sector, The Silver Institute.
La demanda de este año superará la oferta en alrededor de 95 millones de onzas, según el Instituto.
¿Por qué hay una creciente demanda de plata?
La demanda de plata no solo aumenta porque los inversores la consideran una reserva de valor, sino también porque se ha vuelto esencial para la tecnología moderna y las energías limpias.
Los paneles solares, por ejemplo, utilizan pasta de plata para conducir la electricidad. Con el aumento de los objetivos gubernamentales de energía renovable, se prevé un fuerte crecimiento de la demanda del sector fotovoltaico.
Los vehículos eléctricos también requieren hasta dos tercios más de plata que los automóviles con motor de combustión. El metal se utiliza en baterías, cableado e infraestructura de carga.
Los chips de inteligencia artificial y los centros de datos dependen de la plata para tener circuitos eficientes, donde la velocidad y la fiabilidad son primordiales. Mientras el uso de plata en barras y monedas desciende, sí que se sigue usando mucho en las joyas, dispositivos médicos electrónicos y bienes de consumo.
The Silver Institute proyecta que la demanda industrial mundial de plata crezca de forma constante durante los próximos cinco años.
Oxford Economics calculó este mes que la demanda de plata en el sector automotriz crecerá anualmente un 3,4% de aquí a 2031, y que el metal precioso se beneficiará de un aumento proyectado del 65% en la construcción de centros de datos en EEUU durante el mismo período.
¿Cuál fue el papel histórico de la plata como dinero?
Las civilizaciones antiguas utilizaban la plata en el comercio por su durabilidad. Su importancia aumentó aún más cuando los colonizadores europeos descubrieron vastos yacimientos en Latinoamérica y se convirtió en el metal de las transacciones diarias.
Las monedas de plata españolas por valor de ocho reales, la antigua moneda de España antes de la peseta y el euro, se convirtieron en la primera moneda de intercambio global del mundo y circulaban desde América hasta Asia y Europa.
En el siglo XIX, muchas naciones, incluyendo Estados Unidos y el Reino Unido, vincularon sus monedas tanto al oro como a la plata. De hecho, la libra esterlina británica tomó su nombre de una libra de plata.
En el siglo XX, el oro permaneció en las reservas de los bancos centrales y la plata se incorporó al uso industrial, conservando su reputación como instrumento de protección contra la inflación y la inestabilidad financiera.
