La producción de tierras raras enfrenta hoy un cambio clave, con Estados Unidos liderando iniciativas para reducir la dependencia mundial de China.
Avance de las tierras raras en Estados Unidos
La planta de Noveon Magnetics Inc. en Texas se ha consolidado como un referente en la búsqueda de fuentes alternativas de tierras raras, componentes esenciales en varias industrias clave. En funcionamiento comercial desde 2023, esta instalación es un ejemplo de los crecientes esfuerzos de Occidente para desafiar el dominio chino en este mercado estratégico. Según su cofundador, Scott Dunn, “no solo se nos pidió cumplir lo planeado, sino que también aumentar esos volúmenes por múltiples”.
Este desarrollo tiene lugar tras el anuncio de restricciones a las exportaciones de tierras raras por parte de China, medida tomada en respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos. Estas restricciones han impactado la fabricación de productos altamente dependientes de estos minerales, como demuestran interrupciones en fábricas de Ford Motor Co. y Tesla debido a la falta de componentes. En total, la UE reportó paradas de producción en al menos siete empresas en agosto, evidenciando la vulnerabilidad global ante los cambios en la oferta china.
- China produce más del 90% de todos los imanes de tierras raras utilizados globalmente y concentra la mitad de las reservas de estos minerales.
- Se estima que el mercado global de producción de estos elementos será de 6.500 millones de dólares en 2024, cifra considerablemente menor frente al mercado del cobre.
Inversiones estratégicas y desafíos para Occidente
La administración estadounidense ha comenzado a tomar medidas significativas para fomentar una cadena de suministro independiente de China. En julio, MP Materials Corp., la única mina de tierras raras de EE.UU., recibió una inversión de 400 millones de dólares del Pentágono para apoyar una nueva planta de imanes. Además, EE.UU. pactó con Australia financiar proyectos de extracción y procesamiento en el país oceánico, marcando un cambio hacia el apoyo estatal directo. Según Nick Myers, de Phoenix Tailings, tales acciones “reducen significativamente el riesgo” para los inversionistas.
No obstante, varios retos persisten. La experiencia de China en este sector, acumulada desde la década de 1980, le otorga ventajas difíciles de igualar. Según Adamas Intelligence, aún si todos los proyectos en EE.UU. cumplen su plan, su capacidad solo cubriría la demanda nacional plenamente hacia 2028. A esto se suma la dificultad de desarrollar refinerías y minas—procesos que tardan entre cinco y diez años en completarse, según analistas de Goldman Sachs.

