La administración Biden ha implementado medidas para restringir la perforación y la minería de petróleo y gas en Alaska, lo que ha generado controversia entre los líderes estatales. Estas restricciones podrían significar la pérdida de empleos y una mayor dependencia de recursos extranjeros, pero también ha sido bien recibida por los ambientalistas. Estas acciones se enmarcan dentro de los esfuerzos del presidente Biden para combatir el cambio climático y conservar las tierras y aguas estadounidenses.
Restricciones en la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska
El Departamento del Interior ha finalizado una regulación para bloquear el desarrollo de petróleo y gas en el 40% de la Reserva Nacional de Petróleo de Alaska. Esto tiene como objetivo proteger los hábitats de los osos polares, los caribúes y otros animales salvajes, así como el modo de vida de las comunidades indígenas. Más de 13 millones de acres en el Ártico occidental serán conservados, honrando la cultura y la historia de los nativos de Alaska.
Rechazo a la construcción de una carretera minera
La agencia también ha rechazado una propuesta para construir una carretera destinada a permitir el desarrollo minero en el distrito minero de Ambler en el centro norte de Alaska. Esto se debe a los riesgos que representaría para las poblaciones de caribúes y peces, los cuales son esenciales para la subsistencia de muchas comunidades nativas. Esta medida busca proteger estos recursos naturales y preservar el modo de vida indígena.
Reacciones a las decisiones de la administración
Las decisiones de la administración han generado diversas reacciones. Por un lado, los senadores republicanos de Alaska y otros estados han criticado estas medidas, argumentando que limitan el acceso a los recursos y generan inseguridad energética en el país. Por otro lado, los ecologistas han elogiado estas acciones, considerándolas necesarias para proteger los hábitats y los recursos culturales de la región del Ártico en un momento de cambios climáticos dramáticos.