El gigante petrolero británico Shell registró el jueves el mayor beneficio anual de su historia, impulsado por la subida de los precios de los combustibles fósiles y la fuerte demanda desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia el año pasado.
La petrolera obtuvo unos beneficios de 9.810 millones de dólares en el último trimestre del año pasado, frente a los 6.400 millones de un año antes. Con ello, los beneficios anuales ajustados ascenderán a 39.870 millones de dólares (32.200 millones de libras) en 2022.
Esta cifra supera con creces los 28.400 millones de dólares de 2008, que según Shell era el anterior récord anual de la empresa y está muy por encima de los 19.300 millones de dólares de 2021.
Los analistas encuestados por Refinitiv esperaban un beneficio neto de 38.300 millones de dólares en 2022.
Shell anunció un programa de recompra de acciones por valor de 4.000 millones de dólares, que se espera esté completado para sus resultados del primer trimestre de 2023, previstos para principios de mayo, y un aumento del dividendo por acción del 15% para el cuarto trimestre.
En la presentación de resultados, el CEO de Shell, Wael Sawan, dijo “nuestros resultados en el cuarto trimestre y a lo largo de todo el año demuestran la fortaleza de la cartera diferenciada de Shell, así como nuestra capacidad para suministrar energía vital a nuestros clientes en todo el mundo.”
Agregó “Tenemos la intención de seguir siendo disciplinados y, al mismo tiempo, ofrecer una rentabilidad atractiva a los accionistas, como demuestran el aumento del dividendo en un 15% y el programa de recompra de acciones por valor de 4.000 millones de dólares anunciado hoy.»
«Me siento privilegiado por asumir este cargo en un momento tan importante de la historia de la empresa. De cara al futuro, creo que tenemos una oportunidad única de triunfar en la transición energética. Tenemos una cartera que creo que es insuperable», dijo Sawan a Steve Sedgwick, de CNBC, en su primera entrevista sobre resultados desde que asumió el cargo el 1 de enero.
Los resultados siguen la estela de los históricos beneficios anuales de las grandes petroleras estadounidenses Exxon Mobil y Chevron. Según datos de Refinitiv, se espera que las mayores petroleras y gasísticas de Occidente obtengan unos beneficios combinados de casi 200.000 millones de dólares este año.
La extraordinaria magnitud de los beneficios del sector ha renovado las críticas y ha suscitado llamamientos en favor de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las grandes petroleras.
El mes pasado, Shell declaró que esperaba recibir un golpe de 2.000 millones de dólares en los tres últimos meses de 2022 como consecuencia de los nuevos impuestos en la Unión Europea y el Reino Unido.
«En última instancia, los impuestos son una cuestión sobre la que deben decidir los gobiernos. Nosotros, por supuesto, nos comprometemos y ofrecemos perspectivas, y la perspectiva clave que tratamos de ofrecer es un contexto en torno al hecho de que las empresas como nosotros, que necesitan invertir varios miles de millones de dólares para apoyar la transición energética, requieren un clima de inversión seguro y estable», dijo Sawan.
«Por ejemplo, los impuestos extraordinarios o los precios máximos erosionan la confianza en la estabilidad de la inversión, por lo que me preocupan algunas de las medidas que se están tomando», añadió.
Las acciones de la empresa, que cotiza en Londres, subieron un 0,6% en las primeras operaciones de la mañana del jueves.
Shell y el trilema energético
Shell dijo que su previsión de gastos de capital en efectivo para 2023 se sitúa entre 23.000 y 27.000 millones de dólares. De esa cantidad, Sawan afirmó que aproximadamente un tercio, si no un poco más, se destinaría a áreas como las energías renovables.
Shell, que aspira a convertirse en una empresa de emisiones netas cero para 2050, dijo que los beneficios ajustados de su unidad de Soluciones Energéticas y Renovables fueron de 293 millones de dólares en los tres últimos meses de 2022, por debajo de los 383 millones del tercer trimestre.
«Shell no puede pretender estar en transición mientras las inversiones en combustibles fósiles empequeñezcan las inversiones en renovables», dijo Mark van Baal, fundador del grupo holandés Follow This.
En los últimos trimestres, los ejecutivos de las grandes petroleras han defendido el aumento de sus beneficios y han afirmado que la importante perturbación de los mercados energéticos mundiales debida a la guerra de Ucrania ha reafirmado la importancia de ayudar a resolver «el trilema energético.»
Según una declaración a los inversores del CEO de BP, Bernard Looney, a finales del año pasado, esto se refiere a «una energía segura, asequible y con menos emisiones de carbono».
Los defensores del clima y los accionistas activistas se han mostrado muy críticos.
«Que los beneficios anuales de Shell se hayan más que duplicado el año pasado, mientras millones de personas se enfrentan a la disyuntiva imposible de elegir entre llevar comida a la mesa o calentar sus hogares, es sencillamente asombroso», declaró Sana Yusuf, activista climática de Amigos de la Tierra.
«La gente se da cuenta de la injusticia que supone pagar unos costos energéticos desorbitados mientras las grandes empresas petroleras y gasísticas se embolsan miles de millones», afirmó Yusuf.
El martes, el gigante petrolero estadounidense Exxon Mobil anunció un beneficio de 56.000 millones de dólares en 2022, lo que supone un récord histórico para la industria petrolera occidental, mientras que Chevron anunció el viernes un beneficio récord de 36.500 millones de dólares el año pasado.