El Primer Tribunal Ambiental admitió a trámite una reclamación contra el SEA por calificación favorable del proyecto minero “Playa Verde”.
Los puntos de la reclamación presentada
El reclamante, Manuel Cortés, argumentó su denuncia en cuatro aspectos principales relacionados con impactos sobre la salud, medio marino, recursos hídricos y el sitio prioritario Peralillo. Según el documento presentado, destacó la falta de descarte de contaminantes y deficiencias en el análisis de riesgos para proteger la salud de las personas. También se cuestionó la interacción entre el acuífero costero y el mar, argumentando que no se incluyeron antecedentes suficientes para prever filtraciones o rebalses en condiciones extremas.
Otro punto importante señalado fue la ausencia de estudios robustos para evaluar los efectos sobre el recurso hídrico, así como carencias en la evaluación del impacto sobre el sitio prioritario Peralillo, una área con alto valor ambiental. Estas observaciones sustentan la reclamación presentada contra el Comité de Ministros, entidad que previamente resolvió calificar favorablemente el proyecto bajo discusión.
El proceso administrativo y los antecedentes
El proyecto, propuesto en 2017, busca extraer relaves en Playa Grande, Chañaral, para procesar y reutilizar cobre, con una inversión total de US$95 millones. Su objetivo incluye además mejorar las condiciones ambientales al reconstituir la playa con arenas procesadas. A pesar de sus promesas, el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) original fue rechazado en 2019 por la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de Atacama y procedió un complejo ciclo de apelaciones.
El titular del proyecto logró, en 2025, que el Comité de Ministros calificara favorablemente “Playa Verde”. Este pronunciamiento generó la nueva impugnación que hoy el Primer Tribunal Ambiental tramita. El tribunal ha solicitado informes al SEA y expedientes administrativos asociados. Paralelamente, se revisará si existen recursos pendientes antes de continuar con el análisis del proyecto.
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La iniciativa contempla la producción de cátodos de cobre mediante un proceso que incluye dragado y procesamiento metalúrgico. No obstante, las denuncias recurrentes y el debate ambiental han puesto en relieve los retos que enfrenta este tipo de proyectos, tanto por sus posibles beneficios como por sus implicaciones medioambientales.
