Una nueva y poderosa alianza minera ha puesto su mirada en Argentina. Vicuña, una empresa conjunta al 50/50 entre los gigantes mineros BHP y Lundin Mining, ha comprometido una inversión inicial de más de US$400 millones en el país. El objetivo es avanzar en el desarrollo de un proyecto multimillonario de cobre que busca transformar a la región en un nuevo centro de producción mundial de este mineral. La joint venture fue creada en enero de este año, después de que los socios adquirieran Filo Corp. para combinar los proyectos Josemaría y Filo del Sol, ubicados en la provincia de San Juan, cerca de la frontera con Chile.
La apuesta de Argentina por la confianza de los inversionistas
La inversión de Vicuña se produce en un momento clave para Argentina. El gobierno del presidente Javier Milei ha implementado una serie de medidas, como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), para restaurar la confianza de las empresas extranjeras y salvaguardar sus activos. El RIGI ofrece importantes beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios, y es considerado un factor crítico por el gerente de Vicuña para Argentina y Chile, José Luis Morea, para hacer que el proyecto sea competitivo a nivel global. El régimen, que exige una inversión mínima de US200millones(yUS2 mil millones para proyectos estratégicos a largo plazo), estará vigente hasta 2026 y busca atraer a grandes capitales en sectores estratégicos como la minería.
Un proyecto integrado con potencial de clase mundial
Actualmente, Vicuña está en la fase de preconstrucción del yacimiento Josemaría. La empresa, que ya se perfila como uno de los mayores inversores extranjeros en el país este año, planea presentar un informe detallado a su junta directiva a fines de marzo del próximo año. El documento incluirá un análisis del progreso del proyecto y el método de procesamiento que se utilizará.
José Luis Morea destacó que, al integrar los depósitos Josemaría y Filo del Sol y una única planta de procesamiento, el proyecto generará sinergias y desbloqueará un valor adicional. Aunque no se han proporcionado cifras específicas de producción o costos totales, se espera que, una vez que el proyecto entre en operación en la década de 2030, se ubique entre las principales minas de cobre, oro y plata del mundo. La iniciativa es un paso crucial para la industria minera argentina, que no produce cobre desde 2018, y podría posicionar al país entre los diez principales productores de cobre a nivel global.