Un grupo de bombarderos B-2 estadounidenses, los únicos jets capaces de desplegar municiones perforadoras de bunker de 30,000 libras con la posibilidad de penetrar las montañas que rodean la instalación nuclear de Fordow en Irán, volaron hacia el oeste a través del Océano Pacífico. Cuando esos aviones fueron detectados en datos de rastreo de vuelos, se interpretaron como un intento de presionar a la República Islámica para negociar.
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Operación encubierta detrás de los vuelos de los B-2
El Secretario de Defensa de los Estados Unidos, Pete Hegseth, aclaró que, en realidad, estos aviones eran señuelos diseñados para mantener la sorpresa táctica. Mientras esas aeronaves recibían toda la atención, otro grupo de B-2s volaba en dirección este, literalmente bajo el radar.
- 37 horas de operación culminaron en ataques a las instalaciones nucleares de Fordow, Isfahán y Natanz.
- Las preocupaciones se extienden a los mercados, con predicciones de caídas bursátiles, aumento de los precios del petróleo y fortalecimiento del dólar.
- La operación fue considerada exitosa, sin bajas de miembros del servicio de EE.UU.
Trump declaró que las instalaciones clave de enriquecimiento nuclear de Irán han sido «completamente y totalmente aniquiladas», aunque análisis independientes aún deben verificar esta afirmación.
La operación incluyó 125 aeronaves en total, ataques con misiles Tomahawk lanzados desde un submarino y el uso de 14 bombas penetradoras Masivas de Alta Capacidad, marcando la primera vez que estos bunker busters se utilizaron en combate.
Larga planificación y ejecución precisa
El éxito de la operación se atribuyó a una preparación meticulosa que abarcó meses y semanas, asegurando la sorpresa táctica y minimizando posibles riesgos.
“Esto es un plan que tomó meses y semanas de posicionamiento y preparación, para que pudiéramos estar listos cuando el Presidente de los Estados Unidos llamara”, afirmó Hegseth.
Pete Hegseth, Secretario de Defensa
La misión no tuvo como objetivo provocar un cambio de régimen en Teherán, sino destruir el programa nuclear de Irán y desalentar sus ambiciones nucleares a largo plazo.
En medio de la incertidumbre y las tensiones subsiguientes, la estabilidad geopolítica y económica está en entredicho, con repercusiones que se extienden más allá del Medio Oriente.
