El reciente rally del oro está fortaleciendo el patrimonio de los hogares en Turquía, pero también está dificultando los esfuerzos del banco central para controlar la inflación, que volvió a acelerarse en septiembre. Según estimaciones oficiales, los turcos mantienen fuera del sistema financiero —en joyas, lingotes y monedas— un valor equivalente a US$500.000 millones, conocido popularmente como el “oro bajo el colchón”.
Efecto riqueza y mayor consumo interno
El gobernador del Banco Central, Fatih Karahan, afirmó que el alza del oro ha generado un “efecto riqueza” superior a US$100.000 millones en el último año, impulsando el gasto doméstico. Si el precio del metal subiera otro 10%, ese efecto podría aumentar en US$50.000 millones, según cálculos de Is Portfoy.
“El fuerte aumento de precios del oro puede estimular la demanda interna y ralentizar el proceso de desinflación”, advirtió Liam Peach, economista senior de mercados emergentes en Capital Economics.
Oro récord y presión sobre la política monetaria
El oro alcanzó esta semana un máximo histórico por encima de los US$4.000 la onza, antes de retroceder ligeramente. Este incremento ha incentivado la compra de viviendas y automóviles, especialmente en regiones donde las familias tienen altas reservas del metal precioso, según un estudio del propio Banco Central.
Inflación persiste por sobre el 30%
La inflación anual en Turquía aumentó a 33,3% en septiembre, impulsada por los costos en educación y arriendos, pese a los esfuerzos de la autoridad monetaria por llevarla al rango objetivo de 24% a 29% hacia fin de año. Los analistas, sin embargo, prevén que las presiones inflacionarias seguirán por encima del 30%, mientras el oro —refugio tradicional ante la devaluación de la lira— continúa reforzando el poder de compra de millones de hogares turcos.