El modelo minero de Chile y Perú se posiciona como referente económico para países vecinos que buscan replicar su éxito.
La minería se ha convertido en el motor económico de Chile y Perú, consolidando a ambos países como líderes regionales en exportaciones de minerales. Su crecimiento sostenido, basado en políticas públicas estables, innovación tecnológica y articulación con comunidades, ha captado la atención de otras naciones latinoamericanas que analizan cómo replicar este modelo para fortalecer sus propias economías.
Según datos del Centro de Estudios Públicos para Latinoamérica (CIEPLAN), la minería representa cerca del 60% de las exportaciones chilenas y un 10% de su PIB, mientras que en Perú equivale al 9% del producto interno bruto. En conjunto, ambos países concentran cerca del 40% de las exportaciones mundiales de cobre, con Chile liderando como principal exportador global y Perú destacando por su diversificación en metales como oro, plata y zinc.
El impacto de la minería trasciende las cifras. En Perú, proyectos como la mina Cerro Verde en Arequipa han demostrado cómo la industria puede contribuir al desarrollo social, al tratar aguas residuales y mejorar la infraestructura local. En contraste, países como Colombia y Bolivia enfrentan desafíos estructurales, como demoras administrativas, baja inversión y altos niveles de minería informal, lo que limita su competitividad en el mercado internacional.
El debate sobre el modelo minero se ha instalado en la agenda política de la región. Durante un reciente debate presidencial en Bolivia, se destacó la brecha en exportaciones con Chile y Perú, que superan hasta en doce veces los ingresos mineros bolivianos. Mientras tanto, expertos insisten en que el futuro del sector dependerá de su capacidad para avanzar hacia una minería sostenible, con mayor valor agregado y beneficios tangibles para las comunidades.
Fuente: Madero