Documento del organismo señala que entre el 1 de marzo y el 31 de agosto se han aprobado 15 iniciativas de minería o asociadas a faenas mineras.
La cena anual de la Sociedad Nacional de Minería de este año, realizada el martes por la noche, estuvo marcada por ser la última que encabezó Diego Hernández al mando del gremio. En su intervención, el exdirigente gremial realizó un análisis sobre la situación país y también mostró las preocupaciones del sector.
En sus palabras, Hernández señaló que uno de los mayores desafíos de la industria es la tramitación y la aprobación de los permisos ambientales, donde los plazos se duplican respecto a los competidores. “En los últimos seis meses no se ha aprobado ningún permiso ambiental de proyecto minero y, como ejemplo preocupante, se han rechazado dos proyectos de mediana minería en las comisiones regionales, Valparaíso y Atacama, aunque estos proyectos superaron las instancias técnicas”, advirtió Hernández, quien ayer dejó el cargo, siendo reemplazado por Jorge Riesco.
Sin embargo, este escenario planteado por Hernández distaría de las cifras que maneja la autoridad ambiental para el período descrito. En una minuta elaborada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), se plantea que lo señalado por Hernández “es falso”, pues entre el 1 de marzo y el 31 de agosto se han aprobado 15 proyectos de minería o asociados a faenas mineras.
El documento del SEA acompañó sus planteamientos con un anexo en el que dan cuenta de las iniciativas visadas en el período. Entre estas, está Construcción de líneas de flujo en área Jauke; Crecimiento Tranque de Relaves Panules; Proyecto Actualización Continuidad Franke N° 2; Bodega de Almacenamiento de Cal Viva y Mejoras Operacionales; Optimización minera división Andina, entre otras.
Respecto a la segunda parte de la declaración de Hernández, sobre que “se han rechazado dos proyectos de mediana
minería en las comisiones regionales (…), aunque estos proyectos superaron las instancias técnicas”, el documento del SEA plantea que los dichos del dirigente gremial hacen referencia a los proyectos Continuidad Operacional Fase V El Soldado, de la Quinta Región, y Fenix Gold, de la Tercera Región. “Respecto del proyecto Fénix Gold, de la Región de Atacama, es falso que este superó las instancias técnicas, en cuanto el Servicio de Evaluación Ambiental de la Región de Atacama recomendó su rechazo, fundado en que la minera no se aportó información suficiente que permitiera descartar efectos adversos significativos sobre la cantidad y calidad de los recursos naturales renovables”, explican en el servicio.
La minuta del organismo también explica que en los últimos seis meses se han rechazado siete proyectos asociados a faenas mineras. “Del total de siete proyectos rechazados, seis de ellos tenían una recomendación de aprobación técnica desfavorable por el Servicio de Evaluación Ambiental”, explican. Agregan que en esos casos se recomendó el rechazo por no cumplir con la normativa ambiental. “El único proyecto minero que ha sido rechazado con recomendación técnica favorable es Continuidad Operacional Fase V El Soldado, de la Quinta Región”, precisan.
Explican también que la definición del número de proyectos se puede realizar en base a la tipología de ingreso al SEIA o a una revisión de la vinculación del proyecto con una faena minera. “En la elaboración de esta minuta se utilizó el segundo criterio. No se consideraron como proyectos mineros aquellos de extracción de áridos”, señala la minuta.
La cena del martes por la noche estuvo marcada por momentos de tensión. Tras el discurso de Diego Hernández, el Presidente Gabriel Boric sostuvo, a modo de broma, que le hubiese gustado haber asistido con “traje de combate” por las críticas que realizó su antecesor en el uso de la palabra, sobre todo respecto al proyecto de royalty minero.
Más avanzada su intervención, el Presidente Boric declaró: “Decía don Diego que son contrarios a disminuir la rentabilidad en períodos de bajos precios, pero yo me pregunto, ¿cuándo han sido partidarios de entregar parte de las utilidades?
Fuente: El Mercurio