La Agencia Internacional de Energía (AIE) reafirma que las baterías de iones de litio seguirán liderando el mercado global hasta 2035.
Transformaciones en el mercado global de baterías
Un reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) analiza los avances tecnológicos y los desafíos estructurales en el mercado global de baterías. Según el documento, entre 2010 y 2024, la demanda global de estos sistemas energéticos se multiplicó por 40, acompañada de una reducción de precios superior al 90%. Esto ha impulsado al mercado a alcanzar un valor estimado de US$130 mil millones, superando, incluso, el costo combinado de importaciones netas de petróleo en Alemania, Francia e Italia.
El informe destaca que los vehículos eléctricos concentran el 75% de la demanda, seguidos por los sistemas de almacenamiento estacionario (SAEB) con un 15%, mientras que la electrónica portátil representa solo el 5%. A este cambio estructural se suma la diversificación en la química de las baterías, liderada por el fosfato de hierro y litio (LFP) y el óxido de níquel, manganeso y cobalto (NMC), las cuales dominan mitades iguales del mercado. Las baterías LFP evidencian la expansión más acelerada, favorecidas por su menor costo y mayor longevidad, especialmente en aplicaciones de almacenamiento estacionario.
No obstante, la concentración geográfica de las cadenas de suministro, mayormente en Asia, plantea riesgos para la estabilidad del abastecimiento de minerales esenciales, lo que incrementa la urgencia de diversificar la oferta global.
Innovación como clave para una industria resiliente
La AIE subraya que, aunque químicas emergentes como las baterías de iones de sodio y estado sólido generan expectativas, las de iones de litio continuarán dominando la hegemonía en este sector hasta mediados de la década de 2030. Según el análisis, si bien la tecnología basada en sodio presenta ventajas como un menor costo y abundancia, su producción estará casi completamente concentrada en China, que controlará el 95% de la capacidad de fabricación hacia 2030. Por su parte, las baterías de estado sólido prometen avances en densidad energética y seguridad, pero persisten desafíos relacionados con costos y fabricación a gran escala.
En términos de innovación, también se mencionan desarrollos como las baterías de litio-azufre, favorecidas por el sector militar estadounidense, y las baterías de flujo redox, diseñadas para almacenamiento a largo plazo. Sin embargo, el informe destaca que las mejoras en rendimiento, densidad energética y tiempos de carga de las baterías de iones de litio dificultan la entrada de nuevas tecnologías en el mercado masivo.
