China ha completado con éxito una prueba de campo de su nuevo rover minero inteligente, un vehículo robótico diseñado para operar en el fondo del océano y extraer cobalto a profundidades de hasta 2.000 metros (6.561 pies). El ensayo, realizado en una zona estratégica del océano Pacífico occidental, marca un hito en los esfuerzos del país por asegurar el acceso a minerales críticos esenciales para la industria tecnológica y energética global.
La operación se llevó a cabo más allá de la denominada “segunda cadena de islas” —una zona geopolíticamente sensible establecida por Estados Unidos— y a unos 1.000 kilómetros al este de Guam, en un entorno marino caracterizado por terrenos irregulares cubiertos de costras de cobalto.
Durante la misión, el vehículo demostró capacidad de navegación autónoma y maniobrabilidad avanzada sobre el fondo oceánico, confirmando su preparación tecnológica para operaciones reales de minería submarina, según reportó el diario South China Morning Post (SCMP).
Desarrollo tecnológico y colaboración académica
El vehículo minero inteligente fue desarrollado por un consorcio integrado por el Centro Nacional de Ingeniería para Minería de Metales en Changsha, la Universidad Central del Sur y la Universidad de Tianjin. Este avance posiciona a China a la vanguardia de la minería en aguas profundas, un campo que combina inteligencia artificial, ingeniería submarina y robótica aplicada.
El prototipo está equipado con cuatro orugas de accionamiento independiente y un sistema de control activo de altura, lo que le permite desplazarse de manera estable por terrenos escarpados. Su velocidad óptima de operación fue de 5 centímetros por segundo, aunque puede alcanzar hasta 20 cm/s (7,8 pulgadas por segundo).
Hasta ahora, los proyectos chinos en esta área se habían limitado a investigaciones teóricas y ensayos a pequeña escala en laboratorio. El nuevo rover representa la primera tecnología operacionalmente viable que podría ser utilizada para extraer metales estratégicos desde el lecho marino.
El valor estratégico del cobalto submarino
El cobalto es un mineral crítico para la producción de baterías recargables, particularmente aquellas utilizadas en vehículos eléctricos, dispositivos electrónicos y sistemas aeroespaciales. Se estima que el fondo oceánico alberga más de 7.300 millones de toneladas de cobalto, una cifra 600 veces superior a las reservas terrestres conocidas.
Estas costras ricas en cobalto, níquel y platino se concentran en laderas de montes submarinos del Pacífico. De acuerdo con expertos citados por SCMP, el potencial económico de estos depósitos podría alterar el equilibrio global del suministro de minerales críticos durante las próximas décadas.
No obstante, el gobierno chino ha mantenido reserva sobre aspectos técnicos clave del proyecto, incluyendo la capacidad de carga del vehículo, la duración de su fuente de energía y el método exacto de recolección de materiales.
China lidera el mercado global del cobalto
En la actualidad, China controla cerca del 73% de la capacidad mundial de refinación de cobalto y se proyecta que para 2030 representará el 46% del suministro global extraído. Este dominio industrial, combinado con su incursión en minería submarina, refuerza la posición del país como potencia mundial en la cadena de valor del cobalto.
En paralelo, Estados Unidos ha intentado fortalecer su seguridad de suministro mediante un programa de adquisición estratégica de cobalto, pero dicho plan fue cancelado en octubre pasado debido a “problemas técnicos y logísticos imprevistos”. La iniciativa pretendía acumular 7.500 toneladas métricas del metal para uso en defensa y energía.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) otorgó a China en 2013 los derechos de exploración de una zona de 3.000 km² de costras ricas en cobalto en montes submarinos del Pacífico occidental, lo que le ha permitido consolidar su liderazgo en el emergente sector de minería de aguas profundas.
Controversia ambiental y oposición científica
El avance tecnológico no está exento de críticas. Numerosos científicos y organizaciones ambientales han advertido sobre los riesgos ecológicos catastróficos que implicaría la extracción de minerales en ecosistemas marinos profundos, los cuales siguen siendo en gran medida desconocidos y extremadamente frágiles.
Los expertos alertan que la actividad minera podría alterar hábitats únicos, generar contaminación acústica y liberar sedimentos tóxicos, afectando la biodiversidad oceánica. Algunos países y entidades internacionales han pedido una moratoria temporal sobre la minería submarina hasta contar con marcos regulatorios globales más sólidos y evaluaciones de impacto ambiental completas.
Un paso más en la competencia global por los minerales críticos
La prueba del rover minero submarino marca un nuevo capítulo en la carrera internacional por los recursos del fondo marino, impulsada por la demanda creciente de materiales esenciales para la transición energética y la industria tecnológica.
China, al demostrar capacidad operacional en minería a gran profundidad, consolida su posición de liderazgo en la extracción, procesamiento y refinación de metales estratégicos, en un contexto donde las potencias económicas buscan reducir su dependencia de suministros extranjeros.
El desafío ahora será conciliar el avance tecnológico con la sostenibilidad ambiental, un equilibrio que definirá el futuro de la minería submarina y su papel en la economía global del siglo XXI.

