El emplazamiento del megaproyecto INNA, impulsado por AES Andes para producir hidrógeno líquido y amoníaco verde en la Región de Antofagasta, ingresó de lleno al debate presidencial luego de que los candidatos Carolina Jara (PC) y José Antonio Kast (Republicanos) fijaran posiciones contrapuestas respecto de su ubicación a pocos kilómetros del Observatorio Paranal, uno de los polos astronómicos más relevantes del planeta. “Estos cielos son únicos a nivel mundial”, subrayó Kast durante el intercambio.
Un proyecto estratégico para la transición energética
INNA contempla una inversión cercana a US$10.000 millones y busca convertirse en una de las instalaciones industriales más grandes del país dedicadas a la producción de combustibles verdes, con potencial exportador. El proyecto se ubicaría en las inmediaciones del complejo astronómico operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), lo que ha encendido alertas en la comunidad científica por eventuales efectos luminosos y atmosféricos que puedan alterar la calidad del cielo.
Carolina Jara afirmó que, de llegar al gobierno, evaluaría reubicar la planta para compatibilizar el desarrollo energético con la protección astronómica. “Buscaría una ubicación que permita que se desarrolle esta industria que es muy relevante”, señaló, agregando que las soluciones “siempre se producen” cuando existe voluntad política. Consultada sobre qué decisión tomaría en caso de tener que escoger, la candidata fue categórica: priorizaría el proyecto de hidrógeno verde. “Lo hago pensando en el empleo y en las posibilidades que se abren para Chile en los próximos años”, afirmó, destacando la capacidad exportadora asociada al hidrógeno limpio.
Kast pone el foco en la protección del cielo nocturno
En contraste, José Antonio Kast defendió sin matices la preservación del entorno astronómico del norte de Chile. Argumentó que, si la preocupación es el empleo, existen otros proyectos —como Dominga o nuevas iniciativas mineras— que podrían impulsarse “en lugares donde no contaminen el cielo chileno”. Para el candidato, el área donde se ubica Paranal constituye un patrimonio científico irremplazable. “Estos cielos son únicos, únicos a nivel mundial”, enfatizó, planteando que la planta podría instalarse en otra zona del país, como el sur.
Kast sostuvo además que el potencial económico asociado a la actividad astronómica supera, a su juicio, los beneficios del proyecto industrial. “La cantidad de recursos que van a llegar a Chile si respetamos nuestros cielos puede ser mucho mayor”, afirmó, reiterando que, en caso de verse obligado a optar, privilegiaría “de todas maneras” la astronomía.
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Tensión entre desarrollo industrial y protección científica
El diferendo abre un nuevo flanco en la discusión sobre cómo compatibilizar grandes inversiones energéticas con la protección de zonas críticas para la investigación internacional. El norte de Chile —considerado uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica— ha concentrado inversiones millonarias en telescopios de clase mundial, lo que exige condiciones de oscuridad estrictas reguladas por normativa lumínica.
Mientras Jara plantea avanzar en hidrógeno verde buscando alternativas de ubicación, Kast advierte sobre los riesgos de alterar un ecosistema científico estratégico para el país. El desenlace del debate podría influir no solo en la campaña, sino también en la evaluación regulatoria que tendrá que enfrentar el proyecto INNA en las próximas etapas.
