DISA Technologies liderará limpieza histórica de minas de uranio en Estados Unidos

DISA Technologies recibió una histórica licencia de la NRC para limpiar minas de uranio abandonadas en Estados Unidos y reciclar uranio.

Un paso histórico para el tratamiento de residuos de uranio

La Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos (NRC) ha otorgado, por primera vez, una licencia a una empresa privada para la remediación y reciclaje de uranio extraído de minas abandonadas. DISA Technologies, con sede en Wyoming, será la encargada de llevar adelante este proyecto, que marca un precedente en el manejo ambiental y energético del país. Esta iniciativa busca abordar los daños ambientales dejados por la extracción intensiva de uranio promovida durante el Proyecto Manhattan, y tiene como meta reducir la contaminación existente en miles de sitios abandonados.

El impacto ambiental generado por estos pasivos mineros es particularmente significativo en territorios de la Nación Navajo, en el oeste de Estados Unidos. En estas áreas, el abandono histórico de pequeñas operaciones de extracción ha dejado residuos tóxicos y problemas sanitarios que afectan a las comunidades locales. DISA utilizará la tecnología High Pressure Slurry Ablation (HPSA), un método reconocido por la NRC por su capacidad de tratar desechos de uranio de manera eficiente y sin provocar emisiones peligrosas. Según Greyson Buckingham, CEO de DISA Technologies, “el gobierno incentivó la producción de uranio durante la Guerra Fría, pero abandonó las garantías ambientales. Hoy, debemos resolver este legado”.

Reducción de dependencia energética mediante reciclaje

Además de remediar legados ambientales, el proyecto permitirá reutilizar el uranio recuperado en el sector nuclear de Estados Unidos. Actualmente, el país consume más de 32 millones de libras anuales de uranio, pero produce menos del 3% de esa cantidad. Esta brecha ha elevado su dependencia de importaciones, particularmente de Rusia, que abastece cerca de un 25% del uranio enriquecido utilizado por las 94 plantas nucleares estadounidenses.

El proyecto representa una doble oportunidad: por un lado, habilita la restauración ambiental de zonas altamente impactadas, como las tierras pertenecientes a la Nación Navajo, donde entre 1944 y 1986 se extrajeron en torno a 4 millones de toneladas de uranio. Por otro lado, reduce la dependencia energética externa del país mediante el reciclaje. Sobre el impacto de esta medida, Stephen Etsitty, director de la Agencia de Protección Ambiental Navajo, comentó: “Esta tecnología ofrece una oportunidad concreta de restaurar el territorio y reciclar materiales de forma segura”.

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