Era prevencionista de riesgo, vivía aún con sus padres en Linares y apenas hace cuatro meses había entrado a trabajar como electricista en la mina Chuquicamata Subterránea de Codelco, empleado por el consorcio Ossa Pizarotti, encargado de construir los túneles.
En esa faena, camino al túnel 15 de ventilación, murió a las 9 de la mañana este miércoles 20, atropellado por una grúa Manitou de más de siete toneladas. Hace poco más de un mes había cumplido los 32 años.
Sebastián Andrés Méndez Castro se convirtió así en la segunda víctima fatal de Codelco en 2022 en menos de 10 días. El 10 de julio, falleció Rubén Francisco Trigo Escobar, de 50 años, padre de dos hijas, que pertenecía a la empresa Consorcio Belaz Movitec y trabajaba para el proyecto subterráneo Rajo Inca de El Salvador.
Los dos accidentes llevaron a la cuprera estatal a paralizar todos sus proyectos al menos por 10 días, para revisar protocolos y procedimientos. Los principales ejecutivos se desplazaron a las faenas tras la segunda fatalidad.
André Sougarret, presidente ejecutivo interino, el héroe del rescate a los 33 mineros de la Mina San José en 2010, fue a Chuquicamata. Máximo Pacheco, en su calidad de líder del directorio, partió a Ministro Hales. Todos lamentaron lo ocurrido, pero según los dirigentes sindicales consultados, esto se veía venir.
“En las últimas semanas se había registrado un número elevado de incidentes”, señaló Eduardo Gallardo, presidente del Sindicato Interempresas de Minería (SIM), que trabaja en Chuquicamata. “Cuando eso ocurre es cosa de tiempo que los incidentes pasen a accidentes y luego a tengamos una fatalidad”, agregó.
“Los “gruéros” (operadores de grúa) de Chuqui se venían quejando de que las condiciones de trabajo no eran las adecuadas y que habían presiones de las empresas y del mandante (Codelco) para apurarse y terminar luego. Incluso un “gruéro” renunció y dijo que prefería perder el trabajo a perder la vida…”, reseñó Eduardo Gallardo.
Hernán Guerrero, presidente del sindicato de Chuquicamata, alertó que en ambas fatalidades, los trabajadores pertenecían a empresas contratistas, un factor de gran preocupación para el mundo sindical. Por ello, instó a la administración de la compañía estatal a revisar la política de externalización, “porque la dotación de las empresas contratistas no cuenta con la especialización necesaria para las tareas de gran complejidad como las que llevan a cabo en Codelco”.
Trabajadores de Chuqui revelaron también que fallaron varios protocolos de seguridad. Para empezar, los paramédicos de la propia obra subterránea no llegaron, sino que vinieron desde las puertas exteriores y no en ambulancia, sino que en camioneta. Otro señala que se demoraron minutos valiosos en llegar al lugar del accidente.
El jueves en la tarde, el consorcio Ossa Pizarotti se acercó al padre de Sebastián Méndez en Calama a darle explicaciones. Éste, un minero con varias décadas de experiencia en distintas faenas, las rechazó con silenciosa rabia. Viajó con su hijo en un vuelo a Santiago. En el aeropuerto de Calama estaban los trabajadores. Eran más de 200 y querían despedirse del jóven. Muchos de ellos apenas contenían las lágrimas.
Fuente: DFMAS