Un informe de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) de Chile revela que el 70% de los pequeños productores mineros en el país trabaja mediante contratos de arriendo. De este grupo, uno de cada cinco tiene su contrato directamente con la entidad estatal. Esta situación plantea la interrogante de si un modelo similar podría aplicarse a la pequeña minería o la minería artesanal en el Perú.
Iván Mlynarz, vicepresidente ejecutivo de la entidad, señaló que este esquema facilita el acceso de los mineros formales a concesiones que se encuentran activas, lo cual asegura tanto la sostenibilidad como la seguridad jurídica. Mlynarz afirmó: “ENAMI pone sus concesiones a disposición de los pequeños productores bajo arriendos preferenciales. Es una forma concreta de promover la formalización y la competitividad del sector”.
Una respuesta a la concentración de la propiedad minera
El ejecutivo detalló que un 75% de la superficie en el norte de Chile está solicitada para fines mineros (bajo pedimento) y que la propiedad está altamente concentrada: 20 operadores controlan el 80%. En este contexto, los arrendamientos que ENAMI gestiona surgen como un instrumento fundamental para fortalecer la minería de menor escala y democratizar el acceso a las concesiones.
Colaboración con la gran minería
ENAMI ha establecido acuerdos con grandes compañías, tales como SQM, Teck y CMP. Mediante estos convenios, la estatal subarrienda áreas a productores pequeños que están formalizados, posibilitando así que la gran y pequeña minería coexistan bajo principios de transparencia y sostenibilidad.
Mlynarz explicó: “Estos convenios facilitan que zonas antes reservadas a la gran minería sean aprovechadas por productores locales de manera formal y responsable”.
Un enfoque público e inclusivo
La estatal considera los arriendos mineros como una política pública de carácter estratégico, la cual integra el acceso a concesiones con financiamiento y asistencia técnica.

