Un nuevo hito en medio de la incertidumbre económica en EE.UU.
El oro ha superado el máximo ajustado por inflación alcanzado hace más de 45 años, profundizando su rally de tres años en un contexto marcado por la creciente inquietud sobre la trayectoria económica de Estados Unidos.
El precio al contado del oro subió cerca de un 5% en lo que va de septiembre, alcanzando un máximo histórico de US$ 3.674,27 la onza este martes. En lo que va de 2025, el metal ya ha batido más de 30 récords nominales, pero el último tramo del alza lo llevó incluso más allá del récord ajustado por inflación fijado el 21 de enero de 1980, cuando los precios tocaron los US$ 850.
Considerando el aumento acumulado del índice de precios al consumidor, ese nivel equivale hoy a unos US$ 3.590 —aunque distintas metodologías ofrecen cifras menores—. Aun así, analistas e inversionistas coinciden en que el oro ya perforó esa marca, reforzando su papel como refugio histórico frente a la inflación y la depreciación de las monedas.
“El oro es un activo muy particular en su capacidad de, a lo largo de cientos o incluso miles de años, servir como protección en tiempos de incertidumbre”, señaló Robert Mullin, gestor de Marathon Resource Advisors.
Rally respaldado por factores políticos y financieros
El metal precioso ha escalado casi un 40% en 2025, impulsado por las políticas del presidente Donald Trump, quien redujo impuestos, intensificó su guerra comercial y buscó mayor influencia sobre la Reserva Federal. La caída del dólar y de los bonos del Tesoro a largo plazo a comienzos de año reflejó dudas sobre el atractivo de los activos estadounidenses y sobre si la deuda del país sigue siendo un refugio confiable.
En enero de 1980, cuando el oro alcanzó los US$ 850, EE.UU. enfrentaba un colapso de su moneda, inflación disparada y recesión. La crisis se agravó con el congelamiento de activos iraníes decretado por el presidente Jimmy Carter, en plena crisis de rehenes en Teherán, lo que elevó el riesgo de mantener dólares para algunos bancos centrales.
“Hoy el oro refleja la renovada conciencia de que la inflación aún puede ser un problema, pero también de que hay incertidumbre global”, explicó Carmen Reinhart, ex economista jefa del Banco Mundial.
A diferencia de la subida parabólica de 1980, seguida de un fuerte desplome, el rally actual ha mostrado menos volatilidad, gracias a un mercado más líquido, accesible y con una base de inversores más amplia.
Récords en reservas y perspectivas futuras
El alza ha hecho que el valor del oro almacenado en las bóvedas de Londres superara US$ 1 billón por primera vez en agosto, superando incluso al euro como segundo mayor activo en las reservas de los bancos centrales.
Grant Sporre, jefe global de metales y minería en Bloomberg Intelligence, advirtió que, aunque el oro parece caro frente a normas históricas, aún se ve barato frente a las acciones estadounidenses. “El mercado está dispuesto a pagar este precio como seguro”, afirmó.
Un regreso con respaldo oficial y privado
El repunte del oro resulta llamativo para un activo que durante los 90 y 2000 fue desestimado por banqueros centrales, mientras el dólar y la globalización dominaban la economía mundial. Hoy, muchos bancos centrales compran oro para diversificar sus reservas y reducir la exposición al dólar, especialmente tras las sanciones financieras a Rusia en 2022.
La popularidad de los ETFs de oro y compras masivas en China también han dado soporte al alza. “El paso de un mundo unipolar a uno multipolar ha acelerado la visión de que el oro es un activo que los bancos centrales quieren tener”, señaló Greg Sharenow, de PIMCO.
En las últimas dos semanas, el precio rompió nuevamente sus máximos, apoyado por apuestas de que la Fed recortará pronto las tasas de interés para evitar un enfriamiento económico. Históricamente, estas reducciones han favorecido al oro frente a activos con rendimiento, como los bonos del Tesoro, y han debilitado al dólar.
La presión de Trump sobre la Fed refuerza aún más esa expectativa, recordando episodios de los años 70, cuando el presidente Richard Nixon insistía en mantener tasas bajas pese a la inflación, lo que abrió paso a un rally histórico del oro.
“Ya en los 70 vi que todos los países acumulaban deuda, imprimían dinero y depreciaban sus monedas. Leí lo suficiente para entender que el oro y la plata eran la forma de protegerse en tiempos así”, recordó Jim Rogers, cofundador del Quantum Fund junto a George Soros.