Argentina se prepara para una jornada electoral decisiva que podría definir el rumbo de sus vastos recursos naturales. Analistas advierten que el futuro de las inversiones en litio, cobre, petróleo y gas depende directamente de la estabilidad política del presidente Javier Milei y del respaldo continuado de Estados Unidos.
Durante el seminario “Election Day Argentina: Milei, Minerals, and Money” organizado por RXN Group, expertos coincidieron en que la votación del domingo marcará si el mandatario consolida su poder o enfrenta una nueva ola de turbulencia política y financiera. “Milei entiende que debe construir consensos; no puede gobernar solo con confrontación”, señaló el periodista político Gabriel Ziblat, tras recordar la reciente derrota de 14 puntos en la provincia de Buenos Aires.
Aun con el clima político incierto, la economía argentina ha mostrado señales de estabilidad inéditas. Washington apuesta fuerte: el Tesoro estadounidense aprobó un paquete de apoyo de 20.000 millones de dólares a través del Exchange Stabilization Fund, reflejo de la importancia estratégica que otorga a las reformas de Milei y a los recursos minerales del país. “Es una gran apuesta”, afirmó Ryan Berg, del Center for Strategic and International Studies. “Si Argentina tiene éxito, podría convertirse en el modelo de asociación profunda entre EE.UU. y América Latina”.
Recursos críticos y reformas estructurales
Para los inversores, el atractivo sigue siendo enorme: Argentina posee algunas de las mayores reservas mundiales de litio, cobre y shale oil. No obstante, la infraestructura y la estabilidad macroeconómica siguen siendo los cuellos de botella. “Las provincias son donde están las oportunidades reales”, dijo la periodista Guadalupe Vázquez. “Pero nada de eso funcionará si colapsa la macroeconomía”.
Los analistas destacaron que la gestión fiscal creíble y una mayor articulación con los gobiernos provinciales serán claves para que el sector minero despegue. El compromiso de EE.UU., añadieron, envía una señal de confianza que podría destrabar proyectos de largo plazo con alto riesgo de capital.
Ya se observan movimientos concretos: BHP y Lundin Mining cerraron un acuerdo por 4.100 millones de dólares sobre Filo Corp., mientras Rio Tinto compró Arcadium por 6.700 millones, con dos de sus tres proyectos de litio en territorio argentino.
Infraestructura y reglas claras
El mayor desafío, coincidieron los panelistas, es la logística. Muchos yacimientos de alta ley están alejados de rutas pavimentadas y puertos, lo que encarece costos y plazos. La reactivación del ferrocarril Belgrano Cargas, que permitirá a las empresas mineras operar sus propios trenes bajo un sistema de acceso abierto, se perfila como pieza central de la estrategia para conectar el norte minero con los puertos del Atlántico.
En paralelo, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) busca dar certidumbre fiscal y jurídica a proyectos de miles de millones de dólares, coordinando con los gobernadores que controlan las concesiones mineras. Los expertos recomiendan a las compañías estadounidenses adoptar una estrategia “provincial”, similar a la que China ha aplicado con éxito mediante acuerdos integrados con infraestructura incluida.
Horizonte energético
Si la actual combinación de políticas se mantiene, Argentina podría experimentar un boom exportador liderado por Vaca Muerta, estimado en 30.000 millones de dólares anuales en petróleo en un plazo de cinco años. El gas de esquisto, el litio y el cobre reforzarían el papel del país en las cadenas globales de suministro para la transición energética.
No obstante, un revés electoral de más de diez puntos podría desatar volatilidad cambiaria y reducir la capacidad de Milei para negociar en el Congreso. Incluso una derrota menor obligaría al mandatario a moderar su discurso y enfocarse en resultados económicos tangibles.
El consenso de los analistas fue claro: la geología argentina ofrece una oportunidad excepcional, pero solo la estabilidad política, reglas predecibles, infraestructura eficiente y una alianza duradera con EE.UU. transformarán los recursos en ingresos sostenibles. De lo contrario, advirtieron, el capital internacional podría desplazarse hacia Chile o a proyectos financiados por China, más ágiles en pasar del yacimiento al puerto.

