El 16 de noviembre, los chilenos acudirán a las urnas para elegir a su próximo presidente, quien regirá hasta 2030 y, con ello, marcará el rumbo del motor económico más importante del país: su sector minero.
A la luz está el futuro de Codelco, el gigante del cobre estatal que contribuyó a forjar la moderna Chile pero que ahora se debate en deudas, con infraestructura envejecida y recuperándose de años de caídas en la producción.
Una vez orgullo nacional, Codelco está al borde de una crisis industrial. Hasta diciembre del año pasado, la deuda de la compañía había crecido a más de $20 mil millones y la producción lentamente se recuperaba tras alcanzar un mínimo de 25 años en 2022.
Las obligaciones legales de entregar el 70% de sus ganancias y el 10% de sus ventas al Estado han asfixiado su capacidad de reinversión, amenazando su futuro y la estabilidad fiscal del país.
Con candidatos rivales ofreciendo soluciones radicalmente diferentes, desde una privatización amplia hasta una reinversión estatal agresiva, estas elecciones se perfilan como más que una simple contienda política. Es un momento decisivo para el futuro minero de Chile.
Como principal productor mundial de cobre y uno de los principales suministradores de litio, el suministro de Chile es esencial para el impulso global hacia la electrificación. Si su motor minero se detiene, los efectos se harán sentir más allá de sus fronteras.
Una vez terminada la temporada de primarias, los contendientes finales están inmersos en una batalla de alto riesgo sobre el núcleo económico del país. Si nadie logra una mayoría, una segunda vuelta el 14 de diciembre podría prolongar la incertidumbre.
Candidatos de ambos lados del espectro político presentan caminos muy distintos hacia adelante, desde la modernización liderada por el Estado hasta la privatización parcial. De cualquier manera, el camino que Chile elija más adelante este año podría redefinir su papel en el mapa de recursos global y determinar si su sector minero se hunde o se recupera.
Rivales de derecha: privatización y políticas orientadas al mercado
En el lado derecho, tanto Evelyn Matthei como José Antonio Kast abogan por la privatización parcial de Codelco. Argumentan que abrir la compañía al capital privado y relajar el control estatal mejoraría la eficiencia y restauraría su salud financiera.
Sus planes incluyen la venta de activos no críticos para saldar deudas y cambiar el enfoque de los ingresos estatales al desempeño operativo. Si bien estas propuestas podrían generar alivio fiscal inmediato, conllevan riesgos políticos. Los chilenos históricamente se han resistido a la privatización de activos estratégicos, y la reacción de los trabajadores y sindicatos podría ser feroz.
Sin embargo, su visión orientada al mercado ha encontrado eco entre los inversores frustrados por la lenta tramitación, los retrasos burocráticos y los costos crecientes bajo la administración actual.
Jeannette Jara y la extrema izquierda: control público total
Jeannette Jara del Partido Comunista fue elegida en junio para representar a la coalición gobernante. Venció a su rival en segundo lugar, Carolina Tohá, quien proponía una reestructuración de Codelco para permitirle retener más ganancias para reinvertir en lugar de drenar efectivo para llenar las arcas estatales.
Jara se opone a la propuesta del gobierno actual de una empresa conjunta entre Codelco y el minero de litio SQM (NYSE: SQM), citando escándalos pasados y abogando por una nueva empresa pública para desarrollar recursos de litio en conjunto. Si es elegida, dice que honraría cualquier acuerdo finalizado antes de su mandato, pero prefiere un modelo similar al papel de Codelco en el cobre.
En cuanto a política exterior, Jara se ha comprometido a centrarse en la diversificación de lazos comerciales, incluidos China, India y América Latina, especialmente si las amenazas de aranceles de Estados Unidos se intensifican.
«Hay que actuar con prudencia para salvaguardar nuestro interés nacional», ha dicho.
Si bien las encuestas sugieren que podría llegar a la segunda vuelta, la mayoría de los escenarios la muestran perdiendo frente a un contendiente de derecha en la segunda ronda.
Chile: una cuerda floja para los inversores
La economía de Chile se ha mantenido sólida en 2025, impulsada por la actividad minera. Según BNP Paribas, el PIB creció un 2.3% interanual en el primer trimestre, con una aceleración adicional en abril. Sin embargo, la estabilidad a largo plazo dependerá de resolver los problemas de Codelco y crear un entorno regulatorio que atraiga inversiones sin generar disturbios sociales.
John Zadeh, CEO de la firma de inversión minera Discovery Alert, dijo que las elecciones podrían inclinar la balanza para los inversores globales.
«Las elecciones de Chile son un referéndum sobre cómo equilibrar el nacionalismo de recursos con el pragmatismo económico», dijo Zadeh. «El statu quo, sin embargo, garantiza el declive».
Las preocupaciones de seguridad continúan siendo un problema principal para los votantes, ya que el aumento de la delincuencia en lo que alguna vez fue un Chile seguro y pacífico se ha convertido en la principal preocupación en las encuestas recientes. Esto añade otra capa de complejidad para las empresas que ya navegan por mercados de materias primas volátiles, capital ajustado y presiones globales de descarbonización.
Con la primera ronda de votación programada para noviembre y una probable segunda vuelta en diciembre, la carrera entra en una fase decisiva. Lo cierto es que la dirección que tome Chile, hacia un control estatal más profundo, una privatización parcial o algo intermedio, repercutirá en las cadenas de suministro y flujos de inversión globales.
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