Mucho se habla de la actual situación crítica de la Enami, pero es gracias a ella que Chile no tiene la minería ilegal que en otros países es un serio problema sociocultural y ambiental.
Una de sus ventajas es permitir el sustento familiar de muchos pueblos alejados, cuyos ingresos se basan en la compra de minerales que realiza la empresa estatal. Y es gracias a la función histórica de fomento y desarrollo, bajo el programa de exploración impulsado por el PNUD de Naciones Unidas en los años 60, que hoy tenemos yacimientos de clase mundial, como Los Pelambres, Collahuasi, Escondida o Andacollo, entre otros.
El desafío de Enami es volver a contar con una función de fomento y desarrollo potente, tanto en litio como en otros minerales, y así aumentar la cartera de productos comerciales.
Fui director de Enami durante casi ocho años y creo conocer bien su función. Dicho lo cual, me atrevo a proponer algunas soluciones:
- Aumentar el financiamiento para la función de fomento, de 8 a 20 millones de dólares.
- Hacer una restructuración financiera de largo plazo con aval del Estado.
- Mejorar y modernizar activos como plantas de procesos y fundiciones, aplicando las nuevas tecnologías de la minería 4.0.
- Modernizar y automatizar los poderes de compra, junto a los resultados de las leyes de mineral.
- Volver a tener una dirección fuerte y robusta de desarrollo minero, con énfasis en la exploración geológica.
- Aplicar un modelo de negocios que tenga como centro el aumentar los recursos y reservas de los pequeños mineros.
- Contar con una función “help desk” para apoyar las inversiones en exploración y desarrollo.
- Contar con un gobierno corporativo e independiente.
- Regular la función de empresas junior que actúan en el país.
Más que criticar a la Enami, hay que apoyarla en salir de la crisis financiera, independiente del sesgo político. Es tiempo de confiar en los técnicos, aplicando sustentabilidad planetaria.
Manuel Viera
CEO de Metaproject