En el tablero geopolítico global, donde potencias como Estados Unidos y China disputan el control de los recursos tecnológicos, España emerge como un actor con un potencial estratégico clave. Gracias a su geología, el país alberga reservas fundamentales de tierras raras y minerales críticos, tanto en nuevos yacimientos como en los residuos de antiguas explotaciones, posicionándose como una alternativa real para reducir la dependencia europea.
El foco de la economía mundial ha girado. Si antes el objetivo eran los microchips, hoy la batalla se libra por las materias primas necesarias para fabricarlos. Estos minerales son esenciales para la transición digital y energética: desde teléfonos móviles y ordenadores hasta placas solares y aviones de combate F-35.
Actualmente, China lidera esta partida de ajedrez, controlando tanto los mayores yacimientos como la infraestructura de refino necesaria. Sin embargo, España cuenta con una de las pocas reservas de tierras raras de Europa y yacimientos de minerales estratégicos concentrados principalmente en:
- El norte de Huelva, Sevilla, Córdoba y Jaén.
- Ciudad Real y Extremadura.
- La región noroeste de la Península Ibérica.
El dilema: Potencial geológico frente a rechazo social
A pesar de que España posee reservas suficientes para construir las baterías de más de la mitad de los coches eléctricos que circularán por el continente, existe un riesgo latente de desaprovechar esta oportunidad. El Gobierno busca sumarse a esta «fiebre del oro» de los minerales críticos, pero se enfrenta al rechazo social a los proyectos mineros.
La memoria de desastres pasados pesa sobre la opinión pública, eclipsando las oportunidades actuales:
- La rotura de la presa de Aznalcóllar (Sevilla): Que puso en jaque al valle del Guadalquivir.
- El desastre de Portmán (Murcia): Donde los residuos peligrosos comprometieron la salud y el futuro de la zona.
No obstante, expertos como Rosendo Mendoza, director del Máster en Ingeniería de Minas (Jaén, Córdoba y Huelva), aseguran que la industria ha evolucionado radicalmente. Según Mendoza, la minería actual es «preventiva, cautelosa y sostenible», con objetivos de vertido cero y restauración ambiental obligatoria.
Matamulas: El gigante dormido en Ciudad Real
Uno de los puntos neurálgicos de este potencial se encuentra en la comarca del Campo de Montiel (Ciudad Real). Allí se ubica el yacimiento de Matamulas, considerado el segundo depósito de tierras raras más grande de Europa, solo superado por uno en Suecia.
Según cálculos de 2022, este proyecto podría abastecer el 60% de la demanda europea durante diez años, reduciendo la dependencia de terceros países (actualmente el 80% de las tierras raras consumidas en Europa son importadas).
Características técnicas del yacimiento:
- Composición: Es un depósito de monacita gris de origen detrítico (fruto de la erosión), que contiene casi todas las tierras raras existentes.
- Baja radiactividad: Presenta un contenido de torio por debajo del 2%, evitando los problemas radiactivos de las extracciones en China.
- Extracción sencilla: La capa enriquecida es superficial (menos de 5 metros de espesor), permitiendo una extracción similar a sacar grava de un río, sin uso de disolventes químicos para aislar la monacita, solo agua.
Pese a las explicaciones técnicas de expertos como Pablo Higueras (Catedrático de la UCLM), quien asegura que los daños serían mínimos y reparables, el proyecto impulsado por la empresa Quantum permanece paralizado. El Gobierno de Castilla-La Mancha no ha autorizado la explotación debido a la fuerte oposición vecinal y de la Plataforma Sí a la Tierra Viva.
Economía Circular: El valor oculto en las escombreras
Más allá de abrir nuevas minas, España avanza en un modelo de economía circular aplicado a la minería: recuperar minerales de las más de 1.000 balsas y escombreras existentes en el país. Esta estrategia se alinea con el Plan de Acción para las Materias Primas Minerales 2025-2029, dotado con 400 millones de euros.
Investigaciones recientes han revelado el potencial de estos residuos:
- Faja Pirítica Ibérica: Un estudio de la Universidad de Huelva estima que hay 23 millones de toneladas de residuos con potencial. Se han identificado reservas de hierro, azufre, silicio, cobre, zinc, e incluso tierras raras.
- Mina de Golpejas (Salamanca): El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha detectado que el 1% del material en escombreras contiene metales de interés comercial como tantalio, niobio y estaño.
Teresa Llorens, investigadora principal, destaca la rentabilidad de este método: al ser material ya triturado, se ahorran costes de extracción inicial y se permite una segunda restauración ambiental de la zona. El procesamiento se realiza mediante métodos gravimétricos (usando agua y gravedad), evitando procesos químicos contaminantes.
Innovación: Fitominería y Nanominería
La investigación española está abriendo nuevas fronteras para la obtención de recursos sin métodos invasivos tradicionales:
1. Cosechar metales con plantas
El grupo EARTH de la Universidad de Castilla-La Mancha, dirigido por Luis Rodríguez, ha ensayado el uso de plantas para capturar metales en las antiguas minas de San Quintín (Ciudad Real).
- La planta arenaria roja (Spergularia rubra) demostró capacidad para acumular zinc, cadmio, plomo y tierras raras (20 miligramos por kilo).
- Aunque es una técnica con potencial limitado actualmente, se considera una alternativa estratégica ante posibles cortes de suministro geopolíticos.
2. Proyecto NANOMET
Liderado por José María González, este proyecto busca elementos de interés a escala nanométrica (del grosor de un cabello). El objetivo es afinar la búsqueda en yacimientos conocidos, como en la Faja Pirítica, detectando recursos que la tecnología actual aún no explota masivamente pero que estarán disponibles en el futuro, mejorando así el rendimiento de los yacimientos sin necesidad de abrir nuevas zonas de explotación.
